¿Qué ha pasado hoy, 14 de marzo, en Extremadura?

El debate de la eutanasia

Pediría a todos los partidos políticos que no utilizaran el sufrimiento extremo del paciente y su familia como arma arrojadiza en los debates preelectorales o, al menos, que sean muy rigurosos en hablar con propiedad y con una sensibilidad extrema

Miguel Ángel Cuervo Pinna

Martes, 9 de abril 2019, 00:24

Un nuevo caso surge a la palestra. Una nueva situación dramática abre los telediarios. Alguien con sufrimiento extremo, sin capacidad de eliminar ese padecimiento, solicita a un ser querido que le ayude a terminar cuanto antes, que ya no aguanta más... Y ese padecimiento extremo de su esposa motiva que ese marido vulnere la ley actual y lleve a cabo lo que todos entienden por un acto de humanidad, de amor sumo, y entonces se reabre el debate de la muerte asistida, y preelectoralmente los partidos políticos enarbolan la bandera de autonomía al límite, y algunos nos quedamos a cuadros por la falta de seriedad en los debates...

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Hace años el que escribe dedicó más de 5 años de estudio a entender el fenómeno, a aprender de lo que había sucedido en los estados de USA (Oregón, el primer estado que despenaliza el Suicidio asistido en 1997, hoy en día, 5 más), Holanda, Bélgica y Luxemburgo (2002) y Suiza hace ya muchos años...

En Extremadura no encontraba a nadie que se atreviera a dirigirme la tesis doctoral 'Actitudes y Opiniones de los Médicos Españoles ante la Eutanasia (E) y el Suicidio Médicamente asistido (SMA)', pero gracias a la Organización Médica Colegial (OMC) Dr. Altisent, y a la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) Dr. Rocafort, pudimos llevar a buen puerto en la Universidad de Zaragoza algo que quiero compartir con nuestros lectores, puesto que este debate claramente excedió al mundo científico, y se instaló en la sociedad y en los medios de comunicación.

Seguro que coincidirán conmigo en que antes de iniciar cualquier tipo de debate desde la perspectiva moral, ética o legal sobre la eutaniasiaes obvio que los conceptos deben ser aclarados. ¿Cómo podremos acercarnos a cuestiones como la pertinencia, las indicaciones, los procedimientos o las consecuencias de la misma si ni siquiera sabemos si estamos hablando del mismo asunto? Tomemos, como ejemplo, las definiciones aceptadas en España (Diccionario de la Real Academia, SECPAL conjuntamente con la OMC, por citar las oficiales y las más usadas). Encontraremos en primer lugar que el Código Penal español no menciona el término 'eutanasia', y hace referencia únicamente al auxilio al suicidio. La definición de la Real Academia Española puede sorprendernos aún más: «La acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él», mientras que para SECPAL y OMC, la de mayor consenso, la eutanasia es «la acción u omisión, directa e intencionada, encaminada a provocar la muerte de una persona que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa y reiterada de esta». Las diferencias son manifiestas. La definición de la RAE aceptaría como eutanasia cualquier asesinato de un paciente desahuciado (entendido como darle muerte a un paciente sin su consentimiento) siempre y cuando exista la excusa de la presencia de sufrimiento, mientras que para SECPAL y OMC no se hace referencia explícita al sufrimiento y se considera la petición reiterada del paciente como un requisito.

Haciendo alusión nuevamente a los países donde están despenalizadas estas prácticas (en especial a Bélgica como paradigma de ley más garantista), encontramos unos requisitos comunes: 1. El paciente presenta un sufrimiento insoportable, y ha de ser valorado por equipos de cuidados paliativos específicos, así como unidad de salud mental, pues casi siempre se precisa un apoyo emocional importante. 2. El paciente debe estar correctamente informado de su padecimiento, las alternativas que existen y debe ser capaz (competente) de tomar decisiones, expresando voluntariamente su decisión 3. El enfermo ha de presentar un padecimiento irreversible.

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Y aquí encontramos el quid de la cuestión de la SECPAL (donde hay profesionales de toda ideología política: izquierda, derecha, liberales, conservadores, social demócratas,). En España, no está ordenada una Ley de Cuidados Paliativos. El 50% de las personas en este país no tienen acceso a recursos de cuidados paliativos de alta complejidad. A la luz del conocimiento, y por motivos de compasión, en los países donde es legal la eutanasia o el suicidio médicamente asistido, fallecen pacientes no competentes (demencia, niños,) y estamos asistiendo a un aumento de solicitud por mujeres, estratos marginales, ancianos, etc.

En estos años he tenido la suerte de poder debatir varias veces con los compañeros de la Asociacion Derecho a morir Dignamente (DMD), la última vez en el Congreso Nacional de estudiantes de medicina en Alcalá de Henares, hace un mes. En primer lugar, vaya mi respeto ante dicha asociación, que tiene por objetivo, igual que la SECPAL, que el enfermo en situación terminal y su familia no sufran. Quizá yo sea un cobarde, quizá tenga miedo a que una ley que las despenalizara podría conllevar que alguien sin esos requisitos pudiera fallecer, quizá tengo el miedo a que ese 50 % de la población española siguiera sin poder acceder a cuidados paliativos de calidad. Tal vez, por mi experiencia, por la que he tenido el privilegio de acompañar a más de 8.000 familias al final de la vida en estos últimos 20 años, diga estas palabras. Solo 4 pacientes me han solicitado lo que María José Carrasco le pidió encarecidamente a Angel Hernández, pero también soy muy consciente que a esas cuatro familias hay que darle una solución, paliando su sufrimiento.

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Les pediría a todos los partidos políticos que no utilizaran el sufrimiento extremo del paciente y su familia como arma arrojadiza en los debates preelectoles, o al menos, que sean muy rigurosos en hablar con propiedad y con una sensibilidad extrema.

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