El Papa ya está en el Vaticano tras 38 días hospitalizado por una neumonía bilateral

El Papa Francisco regresó este domingo a la Casa Santa Marta, la residencia del Vaticano donde vive, tras recibir el alta médica en el hospital Gemelli de Roma, donde fue ingresado el 14 de febrero por una neumonía bilateral que ha conseguido superar, aunque ha estado a punto de costarle la vida en dos ocasiones y le ha dejado graves dificultades respiratorias. Esos problemas resultaron evidentes en el saludo que dedicó a los cientos de fieles congregados en la puerta del Gemelli para celebrar su recuperación. A las 12:01, el obispo de Roma apareció en silla de ruedas en uno de los balcones del hospital para agradecer el apoyo de los feligreses, hacer el gesto de 'ok' con el pulgar levantado e impartir su bendición. Durante los dos minutos que permaneció en el balcón, se le notaban sus dificultades para respirar y, en algunos momentos, mostró incluso una expresión de sufrimiento y resignación en el rostro. Eso no le impidió celebrar el ramo de flores amarillas que llevaba una de las señoras reunidas en la puerta del hospital. «¡Brava!», le dijo.

A diferencia de en otros de sus tres ingresos anteriores en el Gemelli, en esta ocasión Jorge Mario Bergoglio, que tiene 88 años, no se detuvo a hablar con los periodistas que le esperaban a la salida del centro médico y se limitó a saludarles con la ventanilla bajada desde el automóvil utilitario blanco con el que salió del hospital. En el vehículo llevaba puestas las cánulas nasales por las que recibe oxígeno de alto flujo, un tratamiento que va a tener que continuar en la Casa San Marta, donde seguirá además con la terapia farmacológica y el reposo durante «al menos dos meses». Según advirtió el pasado sábado Sergio Alfieri, el cirujano que ha liderado al equipo médico que le atendió en el Gemelli durante 38 días, Francisco tendrá que permanecer durante ese tiempo en convalecencia, por lo que deberá evitar los encuentros multitudinarios y las ceremonias que le supongan un esfuerzo. Su habitación de la Casa Santa Marta ha tenido que ser adaptada para que continúe recibiendo allí el oxígeno y siga con los ejercicios respiratorios y la fisioterapia motoria activa que precisa para su pleno restablecimiento.

De esta manera, parece difícil que el Pontífice vaya a poder presidir las largas liturgias de la Pascua, aunque es posible que sí pueda impartir la bendición 'Urbi et Orbi' del Domingo de Resurrección desde el balcón central de la basílica vaticana, con la que concede la indulgencia plenaria (perdón de los pecados) a las personas que le escuchan. Esta importante celebración para los católicos tendrá lugar dentro de cuatro semanas, un tiempo tal vez suficiente para una recuperación al menos parcial del Papa, que deberá ahora adaptarse en el ejercicio de su cargo a las limitaciones que le ha dejado la enfermedad. No cabe duda, en cualquier caso, que el pontificado del argentino, que ha superado ya los 12 años de duración, ha entrado en una nueva fase.

Depende igualmente de cómo marche su recuperación la posibilidad de seguir haciendo viajes internacionales. Aunque el Vaticano aún no lo ha confirmado de manera oficial, en mayo se le espera en Turquía para participar en el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea con los ortodoxos. Tampoco está nada claro que vaya a poder presidir la canonización que tendrá lugar en la plaza de San Pedro el 27 de abril de Carlo Acutis, el muchacho italiano fallecido en 2006 a los 15 años de edad debido a una leucemia fulminante. Un genio precoz de la informática, una habilidad que puso al servicio de la evangelización, Acutis está considerado por las nuevas generaciones de católicos como el 'patrón de Internet'. Se espera que más de 100.000 personas participen en la ceremonia de su canonización.

Antes de regresar al Vaticano desde el Gemelli, el Papa hizo una parada en la basílica romana de Santa Maria la Mayor para dejar un ramo de flores como agradecimiento por su recuperación ante la imagen de la Virgen, como hizo en las hospitalizaciones anteriores y también cada vez que emprende un viaje internacional. Francisco se siente muy ligado a este templo, hasta el punto de que es el lugar donde ha pedido ser enterrado en lugar de en las grutas de las basílica de San Pedro, como es habitual con los obispos de Roma.

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