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El racismo, las discriminaciones, vejaciones, insultos e incluso agresiones por el origen étnico de la víctima, es una lacra al alza en España, según la ... investigación del Ministerio de Igualdad, que cada cuatro años sondea a los colectivos potencialmente afectados. Si el análisis realizado en 2020 indicó que el 31% había sufrido personalmente actos racistas, una proporción superior a las precedentes, hoy son ya uno de cada tres (33%) quienes se sienten discriminados, tres puntos más que cuatro años antes. La mitad de los preguntados relató haber vivido en los últimos doce meses al menos una situación que podría calificarse como delito de odio.
Los grupos étnicos que más sufren las vejaciones, exclusiones o actos de odio son los negros, los magrebíes y árabes y los gitanos. El desencadenante principal son su color de piel o sus rasgos físicos (en seis de cada diez casos) y en menor medida que hace cuatro años, pero también con cifras relevantes, las prácticas y costumbres culturales o la religión (sobre en un tercio de las veces).
Las áreas con más discriminación son en la vivienda (le ha ocurrido al 27,5%) y los espacios públicos y el ámbito policial (uno de cada cinco), pero donde más se dispararon los actos racistas en estos cuatro últimos años fue en el rechazo en los vecindarios, en el puesto de trabajo, en la búsqueda de alojamiento y en el trato recibido por los policías.
En el apartado de la vivienda, el grueso de discriminaciones son actos más crudos o más sutiles para dificultar o impedir el acceso al alojamiento. Entre los más radicales están el 27% al que directamente le negaron un alquiler, el 22% al que ni siquiera le enseñaron el piso, el 18% al que no hicieron contrato y el 6% al que excluyeron desde el propio anuncio. El mayor aumento desde 2020 son los casos en que intentaron disuadirle poniéndole más pegas o requisitos para el alquiler que al resto (le ocurrió a uno de cada cuatro) y que el 22% al que los ayuntamientos no dejaron empadronarse, lo que le dejó sin múltiples servicios.
En el espacio público la discriminación más al alza alude al 22% al que miran mal en tiendas y centros comerciales, al tiempo que le siguen y le vigilan, y al 15% (cuatro veces más que en 2020) que le ponen problemas para abrir una cuenta o tener una tarjeta. Los insultos subieron hasta el 14% y lo único que bajó fue el impedimento a entrar en bares, cines, discotecas o tiendas, algo que aún así le ocurrió al 11%.
En el área laboral abundan las ofertas de empleo de baja cualificación y en el que se vulneran sus derechos como trabajadores y en porcentajes algo menores viven discriminaciones educativas, sobre todo casos de segregación escolar y de 'bullying'.
El trabajo detecta diferencias entre los sexos. Los hombres experimentan más discriminaciones en espacios públicos. Al 12,5% no les dejaron entrar en discotecas, bares o restaurantes, una cuarta parte percibió malas miradas en tiendas o centros comerciales y un 16% fue insultado por la calle. Las mujeres describen la mayor parte de sus marginaciones en los espacios privados, como la vivienda, los servicios relacionados con los cuidados y la educación o la sanidad. Además, el una de cada cuatro sufrió violencia sexual por motivos raciales o étnicos, en especial las mujeres blancas de origen latinoamericano.
Otro de los elementos más negativos es que la gran mayoría de víctimas callan ante el racismo. Las quejas, reclamaciones y denuncias aumentaron en los últimos cuatro años cuatro puntos y medio, pero siguen sin comunicarse ocho de cada diez vejaciones. Sobre el 40% no denuncia porque ha normalizado o tolerado las discriminaciones, pero el 21% calla porque cree que no servirá de nada y el 14% porque no sabe dónde buscar ayuda. La frustración y la impotencia es fuente de tristeza y depresión para uno de cada cuatro afectados.
Los afectados consideran que para que mejore la situación en España se debe potenciar la protección y la reparación a las víctimas y desarrollar actuaciones preventivas y de sensibilización pública, sobre todo desde el ámbito educativo. Estiman también necesario que aumente la presencia de personas de diversos orígenes en instituciones y organismos públicos y contar con la colaboración de los medios de comunicación, cuya influencia creen que podría ser vital.
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