Participantes de un show de 'Bombero Torero' en Soria, en 2017. Jorge Sanz

Un tribunal compara al 'Cómico torero' con un partido de baloncesto en silla de ruedas

La sentencia da la razón a la empresa promotora, a la que el Gobierno de Málaga había prohibido el espectáculo que se realizaría en una plaza de toros. La juez asegura que los actores con acondroplasia son «intérpretes cómicos»

Martes, 25 de febrero 2025, 07:35

En la Plaza de Toros de Cortes de la Frontera, en Málaga, se anunció el espectáculo ‘Cómico torero’, donde actuarían personas con acondroplasia (enanismo), enfrentados ... a novillos en el ruedo. En quince días vendieron 432 entradas generales y 168 infantiles, a trece y diez euros cada una, algo más de 7.000 euros en total. El 20 de agosto se suspendió el evento, cuando la Delegación del Gobierno en Málaga del Servicio de Juego y Espectáculos no autorizó que se celebrara. Argumentó que esta actividad utilizaba «a personas con discapacidad para suscitar la burla, la mofa o la irrisión del público de modo contrario al respeto debido a la dignidad humana», lo que está prohibido por la legislación española. Como precedente, otro espectáculo llamado ‘Bombero torero’, una fórmula que ya ha sido considerado «degradante».

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La empresa África Taurina, organizadora de este y otras faenas similares, como un «festival mixto sin picadores», mantuvo que su show no se burlaba de las personas con discapacidad. Que se trataba de actores que interpretaban un papel, como cualquier payaso, y que la Administración malagueña había tomado una decisión a partir del cartel, solamente, sin comprobar el contenido.

El caso llegó al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Nº 5 de Málaga, que tras dos años de proceso determinó que la «no autorización» era nula de pleno derecho, por falta de motivación y por vulneración de derechos fundamentales». La juez decidió que «este espectáculo legal» se basa en un «cómico-taurino», «un intérprete cómico que encarna un personaje ficticio». «A diferencia de un festejo taurino tradicional, el profesional taurino se convierte en un actor».

Show de humor

En España hay dos compañías de personas con acondroplasia dedicadas a hacer espectáculos, llamadas Popeye y Diversiones en el Ruedo. En la segunda, afectada por esta decisión, están contratadas 7 personas, según la letrada María del Pilar Guerrero, del despacho Hércules Abogados, que representó a la productora África Taurina. «Es su principal fuente de sus ingresos. Hay algunos que llevan casi 30 años dedicándose en exclusiva a estos espectáculos, que van de abril a septiembre, pero se preparan físicamente todo el año».

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El «informe jurídico» sobre el que sustenta su decisión la magistrada Sandra Ortigosa considera que este «espectáculo de humor» es como «un partido de baloncesto en silla de ruedas». «Si el partido se desarrolla conforme a las reglas adaptadas a la discapacidad de los jugadores no tiene una naturaleza cómica, es decir, que no tiene como fin que se burlen de los jugadores en silla de ruedas, ahora bien tampoco hay que presumir que existe esa intención con el espectáculo taurino en el que participan personas con acondroplasia», cita la sentencia.

«Existen normas que regulan ciertas particularidades de los espectáculos en los que participan personas con acondroplasia -existen reglas adaptadas a la discapacidad-, sin que se pierda de vista que se trata de un espectáculo de naturaleza cómica, lo que es diferente a que sean los artistas quienes susciten la mofa por su discapacidad», prosigue. Para Guerrero, «la comparación con un partido de baloncesto fue a modo de ejemplo, porque en este caso que actúan personas con discapacidad nadie se ríe de ellos por jugar al baloncesto. En este caso, ellos van caracterizados de payasos y es por lo que hacen reír. Como cualquier actor cómico o payaso».

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Derecho de igualdad

En este caso, el espectáculo no «centra la comicidad en la discapacidad de sus intervinientes», lo que supondría «una presunción ‘iure et de iure’ de que cualquier espectáculo o actividad en el que participe una persona, o varias, con discapacidad sea un espectáculo que pretenda suscitar la burla de la persona con discapacidad. Admitir algo así implicaría suprimir cualquier intervención de las personas con discapacidad de todo espectáculo por el mero hecho de tener una discapacidad, lo que sería contrario al derecho de igualdad y de prohibición de discriminación», concluye la resolución.

Además, «el de payaso es un arte de la interpretación, que requiere habilidades como la comedia física, la improvisación, la empatía y la capacidad de conectar con el publico, tratando de hacer reír a este, participando en una multitud de contextos como una fiesta, un circo, una obra de teatro o incluso un hospital», defiende la magistrada, que condena a la Administración a pagar 5.000 euros. La sentencia es firme.

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