Hoy se celebra el funeral de la mujer fallecida por el disparo de un vecino

El funeral por Esperanza Fernández, que falleció en la tarde del martes en Navalvillar de Ibor (Cáceres) a causa, según todos los indicios, del disparo que le propinó su vecino Leónidas M. se celebrará esta manaña. La autoridad judicial decretó el ingreso en prisión del presunto homicida.

Hasta la hora del entierro numerosos familiares y amigos han permanecido velando al cuerpo de la víctima en el tanatorio de Castañar de Ibor, municipio cercano a Navalvilar, también de la comarca de Los Ibores. La consternación fue tal que en la misma noche del martes, horas después del fatídico suceso, la Corporación Municipal se reunió con carácter extraordinario para declarar dos días de luto oficial. También acordaron de forma unánime condenar enérgicamente lo ocurrido y apoyar a la familia de la víctima, que ha dejado viudo, tres hijas y un hijo.

Aún hoy, dos días después del trágico suceso, nadie en este pequeño pueblo se explica lo ocurrido, toda vez que tanto víctima como agresor, así como sus familias, mantenían una buena relación. Es más, Fernández ayudaba a Leónidas en labores del hogar y en los cuidados de su hermana, que sufre una severa discapacidad y con la que el presunto homicida convivía en el domicilio familiar.

¿Qué ocurrió?

Sin embargo algo debió pasar, al menos por la cabeza del presunto agresor, para que realizase ese certero disparo que acabó con la vida de este mujer de 60 años de edad, justo cuando pasaba frente al domicilio. Precisamente fue en esta casa en la que Leo, tras el disparo, se encerró junto a su hermana, conservando la escopeta junto a él. Los vecinos narran que, personada la Guardia Civil en el lugar, fueron los familiares del hombre quienes lo disuadieron para que se entregara de forma pacífica, entregando previamente el arma a través de la ventana para garantizar la integridad de los agentes que instantes después procedían a su detención.

El autor, de 62 años de edad, fue trasladado al cuartel de Navalmoral y desde ahí al hospital Campo Arañuelo del mismo municipio para que se le realizara un examen médico, toda vez que los agentes no consiguieron declaración alguna, al menos coherente, tal y como señalaron fuentes policiales. Finalmente el juez ordenó su ingreso en prisión y fue trasladado a la cárcel de Cáceres en la misma noche del martes.

Entretanto los vecinos esperaban la llegada del forense y del juez para proceder al levantamiento del cadáver, que no se produjo hasta cerca de las ocho de la tarde, tiempo más que suficiente (el disparo tuvo lugar en torno a las tres y media) para que los miembros del equipo de Policía Judicial de Navalmoral recogiesen pruebas y testimonios de los vecinos. De ahí que muchos mostraran su malestar por esta tardanza, máxime al encontrarse en el lugar los familares directos de Esperanza, que ni siquieran pudieron acercarse al cuerpo. Sí lo hicieron algunos vecinos en los primeros instantes. Sin éxito intentaron reanimar a la mujer.

Horas después agentes de la Guardia Civil permanecían en el lugar, medida de seguridad que se suele tomar ante sucesos de este tipo, máxime cuando ambas familias residen en el mismo pueblo, muy cerca la una de la otra. El inicio del funeral está programado para las nueve y media de la mañana en la pequeña iglesia de Navalvillar, a pocos metros del domicilio de ambos y de donde falleció Esperanza. Minutos antes la comitiva partirá del tanatorio de Castañar.