SOCIEDAD

«Escribo sobre cosas que me sucedieron»

La dualidad futbolista- escritor ha marcado su vida y ha escrito una nueva novela sobre la vuelta a los recuerdos de infancia y juventudManuel Vicente González Escritor

MERCEDES BARRADO TIMÓN

Viernes, 9 de julio 2010, 11:35

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Al escritor Manuel Vicente 'Cerebro' González le pasó en su vida de futbolista lo que a Anselmo, el protagonista de su última novela 'Regreso a Vadinia' (Editora Regional de Extremadura): que otro futbolista del que aún recuerda el nombre le empujó fuertemente contra un muro de cemento de El Viejo Vivero causándole una lesión. A partir de ahí, el lector puede imaginar todo tipo de relaciones autobiográficas entre el autor y ese personaje, enraizado en el mundo rural, que tendrá que dejar su pueblo para tratar de abrirse camino en un gran equipo de fútbol como el Real Madrid.

Recién acabado un nuevo libro de relatos y enfrascado por un tiempo aún en una nueva novela, Manuel Vicente González espera que concluya el Mundial de Fútbol para dedicar el verano a ir y venir entre Badajoz y los parajes leoneses de su juventud, donde asistirá a un encuentro ya tradicional con una docena de amigos en Villarbón (Los Ancares), entregados a pasear, charlar, leer y jugar a las cartas.

-Me da la sensación de que cada vez vuelve más a León.

-'Regreso a Vadinia' son esas idas y venidas, ese regreso constante al lugar donde estás a gusto. Pero no es sólo el regreso a León, es también el regreso a Badajoz. Yo voy y vengo. Parece que vas a esos lugares donde se asentó tu infancia y tu juventud como si tuvieras miedo de que te los robasen. Es una manera de mantenerlos en la memoria para vivir, que es lo que nos queda.

-Esa misma estructura de vaivén también se ve en las idas y vueltas de Anselmo, el protagonista de 'Regreso a Vadinia'.

-Sí, el libro empieza en Badajoz cuando yo jugaba al fútbol. Me dieron un golpe y perdí el conocimiento y estuve muy mal. Y así empieza el libro, ante un diagnóstico de pérdida de memoria el médico propone al protagonista que escriba para recobrar todo lo que ha perdido. Y se pone a escribir y recuerda el viaje a Madrid de su juventud para jugar al fútbol.

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-¿Donde termina la autobiografía?.

-Pienso que sólo sirvo para escribir cosas que me han sucedido. Y dentro de esa autobiografía hay también cosas que has soñado o pensado o que te interesan aunque no las hayas vivido. Y a eso también lo llamo yo autobiográfico, porque este futbolista va al Real Madrid a probar como fui yo a los 17 años cuando me ficharon. Y luego entra la ficción en esa mujer mayor de la que se enamora y el regreso a Vadinia, un lugar que no existe y que parece ser un nombre prerromano de las montañas de León. Se dice que podría estar en Riaño, pero nadie lo sabe a ciencia cierta. La palabra me pareció sugerente.

- ¿Y cuándo se produjo el golpe contra la tapia de cemento que le llevó a escribir la novela?

-Hay dos momentos. Uno fue el suceso del Viejo Vivero y otro fue un comentario que me hizo Julio Llamazares hablándome de una casona que vendían en los Picos de Europa, en un pueblo abandonado. Fui a verla con otro amigo y, efectivamente, tenía algo especial. Era la clásica casa leonesa de montaña con piedra roja de vetas de plata que refulgía cuando se ponía el sol.

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-¿Cómo fue su lesión en el Viejo Vivero?

-Vino a jugar el Castilla y había un jugador que se llamaba Fraile que era un 'leñero' y siempre estaba detrás de mí. Me empujó de forma alevosa contra el muro de cemento. Allí había un policía nacional contra el que yo me iba y, en vez de sujetarme, se separó y me pegué un porrazo. Y yo oía a los compañeros decir: 'Eso no se hace, Fraile, eso no se hace'.

-¿Cree legítimo utilizar la literatura como venganza?

-Sí, hombre, sí. A este nivel tan insignificante sí, porque no creo que ni al propio Fraile le importe. Fue una jugada más.

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-Tampoco se compró la casa de los Picos de Europa.

-No, pero me tiré mucho el rollo diciendo a la gente que me la había comprado. Y hacia gala de mi fantasía para explicarles cómo era la casa por dentro tal y como yo la iba describiendo en mi novela. Yo les decía que tenía cuatro ventanales y, en realidad, la casa que vi tenía cuatro ventanucos.

-El libro ha sido muy celebrado por la prensa de León. ¿Se siente más reconocido allí que en Extremadura?

-Allí tienen mucho en cuenta esta cuestión mía de futbolista y escritor. Lo sienten como algo extraño y siempre que me hacen alguna entrevista me sacan con 22 años y mi indumentaria de futbolista y luego como soy ahora.

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-Eso quizá es no darse cuenta de lo que han evolucionado los futbolistas.

-Me acaban de invitar a un encuentro de escritores y críticos en Santander en septiembre. El tema es Deporte y Literatura. Y es que no se encuentra ningún escritor que haya sido futbolista.

-Quizá los escritores han incidido más en el ciclismo.

-Bueno, ahí está Valdano que ha escrito algunas cosas y prologó mi libro 'Fuera de juego', pero muchos novelistas-futbolistas no han surgido, quizá porque se decía que los futbolistas eran unos zoquetes que sólo valían para pegar patadas. Cuando yo jugaba en el Castilla ya estaba interesado por la literatura y el entrenador me prohibía llevar libros a las concentraciones. Era pecado mortal.

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-Si el ambiente futbolístico recelaba de usted, ¿recelaban también los escritores por venir del fútbol?

-Siquiera interiormente, sí. Lo he notado. Me veían como un futbolista que se había metido donde no le llamaban. Era una bobada, porque un futbolista que es amante de la literatura sabe que escribir necesita de mucha lectura y mucha corrección, soledad y silencio. Y si vales para ello, servirás tanto si has sido futbolista como premio Nobel. El otro día leí una columna muy significativa de Elvira Lindo que decía que, en los 70, cualquier escritor que hablase de fútbol estaba denigrado porque era como el pan y circo del franquismo. Ahora ya todo el mundo entiende de fútbol, Llamazares, Marías, Landero...y hablan de ello en sus columnas.

-¿Escribe como lee, haciendo dos o tres cosas al mismo tiempo?

-Sí, he terminado un libro de relatos y estoy con otra novela ya adelantada. Son ocho o nueve relatos que aún no sé quien publicará.Y la novela está muy adelantada. Escribo varias cosas al mismo tiempo.

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-¿Cuando publica el libro de Luis Mateo Díez?

-En septiembre, aprovechando que queremos cambiar el diseño de la editorial y se lo hemos pedido a Luis Costillo. Es que... para llevar una editorial hay que ser un profesional, vivir de ella... Y, además, se nos fue Ángel Campos, que podía ser el más indolente pero también era el más práctico en cuestiones de diseño y contactos. Era un personaje fundamental y lo echamos mucho de menos.

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