El toricantano Roberto Gallardo. :: J. V. ARNELAS
TOROS

«Para estar delante de un toro lo único que hace falta es torear con el alma, nada más»

El extremeño se convertirá el próximo sábado en el decimoquinto matador de toros de la región Roberto Gallardo Novillero

ESTEFANÍA ZARALLO

Domingo, 18 de julio 2010, 15:28

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Dentro de una semana ya será matador de toros. El novillero extremeño Roberto Gallardo (Villanueva de la Serena, 1978) afronta estos días con nervios, expectación pero sobre todo mucha ilusión. La propia de quien va a tomar la alternativa, el sueño al que todos aspiran cuando comienzan en el mundo del toro. Gallardo se doctorará en su localidad natal y con Finito de Córdoba y 'El Cordobés' como padrino y testigo respectivamente. Con el intercambio de trastos, el villanovense se convertirá en el decimoquinto matador de toros de la región.

-En una semana será matador de toros ¿cómo vive los días previos?

-Muy ilusionado porque llevo mucho tiempo esperando que llegue este día. Son unos 15 años en la lucha y cuando miro hacia atrás y veo la sangre, las lágrimas y el esfuerzo me siento satisfecho por llegar a la alternativa. Es un momento muy deseado y creo que ya era hora.

-¿Cómo surgió la alternativa?

-Llevaba un par de años un poco apartado porque tuve muchos desengaños y no supe encauzar mi vida. Me llamó un empresario y me lo propuso en mi pueblo y, como soy bravo como el toro, me arranqué y dije que sí. Luego pensé en la responsabilidad pero me veo fuerte, ilusionado y para estar delante de un toro lo único que hace falta es torear con el alma, nada más.

-En su ciudad y de manos de Finito de Córdoba y 'El Cordobés'...

-Sí, me hace una ilusión bárbara que sea en mi pueblo y con ese cartel. Cuando me dijeron que era Finito me emocioné bastante porque me siento muy identificado con él como torero y 'El Cordobés' me empuja a mí a que ese día salga más motivado.

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-Habrá muchos aficionados que no le conozcan. Preséntese

-Soy una persona sencilla, un luchador que en la plaza se convierte en un torero apasionado del toreo bueno, un romántico del toreo que se entrega lo mismo como persona que como torero. Me entrego a cuerpo y alma, más cuando de verdad estoy a gusto.

-¿Cómo ha sido su trayectoria?

-Entré en la Escuela Taurina de Badajoz en el año 1994 pero estuve poco tiempo porque me presenté a un bolsín taurino en Coria y lo gané. En ese momento un ganadero de la zona, de nombre Fernando Silva, me apoderó y me fui a su casa donde tentaba. Él me buscaba las novilladas sin picadores y empecé a torear mucho. Después de la ruptura con él pasé por varias manos hasta 2004 cuando, con muchos esfuerzos, conseguí debutar con caballos y se hizo cargo de mi carrera el empresario de la Costa del Sol Gaspar Jiménez. Me fui a vivir a Andalucía hasta hace un año. En 2004 - 2005 fui triunfador de la feria de Laguna del Duero, en Almodóvar del Campo me dieron el trofeo 'Rafael de Paula' al mejor toreo de capote de la feria, he toreado mucho por Ciudad Real, Guadalajara, Toledo... no he pasado desapercibido donde quiera que he ido. Me han ofrecido cosas que he sabido rechazar y siempre he sido fiel a mi persona.

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-Toreó mucho por la Costa del Sol, ¿cómo son allí los festejos?

-Hay de todo. Benalmádena suele cuidar mucho los toros y a mí me sirvieron porque toreaba por la zona diez o doce corridas al principio de temporada para estar en los primeros puestos del escalafón lo que hacía que me contratasen en las ferias de la zona centro. Allí cogí el oficio. Pero es cierto que puede llegar a repercutir negativamente porque son festejos orientados al turismo. Había quién pensaba que yo me estaba haciendo rico pero lo único es que no me costaba dinero torear. Yo era un currante que el día antes había estado haciendo mezcla pero mi currículum no puede tener una mancha. A mí no se me caen los anillos por trabajar y después irme a entrenar y a torear de salón. El único delito que he cometido cuando nací es querer ser torero.

-Regresó a Extremadura y entonces llegó el 'parón'.

-Sí, allí la vida era muy cara, yo estaba haciendo un gran esfuerzo y no veía al apoderado tan implicado como lo estaba yo.

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-¿Le afectó mucho a nivel psicológico esa situación?

-Nunca he perdido la esperanza pero cuando uno abandona así de golpe, se queda bloqueado y no sabe para donde va a tirar. En aquellos momentos no tenía ilusión por torear porque estaba quemado psicológicamente. Así que decidí quedarme en 'stand by', aclarar mis ideas e intentar coger la muleta con fuerza para ilusionarme otra vez.

-¿Tuvo que volver a empezar de cero en Extremadura?

-Cuando llegué aquí, nos poníamos en contacto con empresas y decían sí ¿de donde eres?. A mí me ha ayudado mucho Nandi Masedo y me ha apoyado. He colaborado como banderillero con alumnos de la Escuela Taurina y me ha servido muchísimo porque te abre la mente como profesional.

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-¿Cómo define su toreo?

-Intento torear como me sale en ese momento, pero la gente que lo ha visto lo define como un toreo muy estético, me dejo llevar y lo único que pido es que los toros embistan, lo demás lo pongo yo.

-¿Tiene más fechas a la vista después de la alternativa?

-No se sabe lo que va a pasar después, hay dos o tres cosillas más y haremos el esfuerzo por seguir siempre que tenga ilusión y ganas.

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-Después de todo lo pasado y lo vivido le pregunto ¿merece la pena ser matador de toros?

-A mí me merece la pena. Muchos piensan que se torea por dinero pero los que estamos modestamente en esto pensamos que merece la pena pegarle muletazos a un toro muy despacito y disfrutar del momento. Eso no tiene precio. Lo que siento cuando estoy delante de un toro a gusto no lo cambio por nada.

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