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Domingo, 29 de agosto 2010, 10:38
LA sombra del AVE es alargada. Desde hace años las mayores preocupaciones sobre el transporte ferroviario en la región pasan por el presente y el futuro de la línea de alta velocidad. Mientras tanto, sus 'parientes pobres', los olvidados trenes regionales, presentan importantes señas de deterioro, según la Confederación General del Trabajo (CGT).
Su salud depende, en buena medida, de la renovación de un convenio que expiró hace nueve meses. Y el futuro de algunos de sus trayectos es incierto desde que el ministro de Fomento anunciara que en el próximo noviembre se podrían suprimir aquellos que se consideren deficitarios.
Retrasos, sustitución a la baja de la calidad de los trenes programados y trasbordos por carreteras colocan algunos de los trayectos bajo la espada de Damocles y ponen de manifiesto, según la CGT, la mala situación del transporte ferroviario en Extremadura.
«Nos da un miedo tremendo que estemos transmitiendo una imagen de deterioro de cara al resto del país porque se lo estamos poniendo en bandeja a los responsables que tienen que decidir sobre qué servicios o líneas hay que suprimir», apunta Miguel Fuentes, secretario provincial del sector ferroviario de CC OO, por su parte.
La coyuntura es en realidad una pescadilla que se muerde la cola: ¿están los trenes regionales extremeños deteriorados por falta de usuarios o precisamente los habitantes de región optan por otras vías de transporte debido al mal funcionamiento del servicio ferroviario?
La solución en positivo, según todos los implicados, pasa por la renovación de un convenio que en Extremadura garantiza el mantenimiento de todos los trayectos, incluso los 'deficitarios'. La clave es el acuerdo que la Junta firmó en 2005 con Renfe para afrontar el mantenimiento de vías y de los servicios ferroviarios, modernizar el material rodante y los horarios de servicio, entre otras cosas. Dicho concierto cumplió en diciembre de 2009 y el ejecutivo de Fernández Vara está ultimando uno nuevo que podría entrar en vigor en breve.
Sin embargo, el presidente extremeño asegura que, de momento, no hay nada firmado: «Tenemos pendiente ahora en septiembre una conversación con el ministerio de Fomento para su renovación y será en ella en la que nosotros pondremos nuestras reivindicaciones encima de la mesa. Porque ya que estamos poniendo dinero, obviamente, plantearemos nuestras condiciones. Ese será el momento en el que se nos dirá qué es lo que se pretende hacer y nosotros defenderemos nuestra posición».
Seguridad subvencionada
El dinero al que hace referencia Fernández Vara asciende a unos 6,5 millones de euros al año, aproximadamente. Es la cantidad que le supone al Gobierno extremeño cumplir con lo pactado hace un lustro. La Junta se comprometió entonces a abonar la diferencia entre los gastos de explotación de los servicios convenidos y los ingresos comerciales generados por los viajeros que los utilicen. Es decir, paga las pérdidas del operador ferroviario en la región.
Que esa situación se mantenga y, por tanto, siga sin haber trayectos 'deficitarios' es imprescindible para el sector. La CGT defiende que es urgente que se llegue a un acuerdo pronto para paliar el mal estado de sistema ferroviario regional. «Durante nueve días de agosto hemos controlado las llegadas de los trenes procedentes de Madrid a ciudades como Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz y en el 70% de los casos hubo retrasos. Registramos una media de 20 minutos de demora y, en algunos casos, el tren llegó hasta una hora y media después», explica Marcelino Blanco, responsable de ferrocarril de la CGT en Extremadura.
Pero no son esas las únicas irregularidades que pone en la palestra la confederación sindical. Al parecer, se sustituyen los modelos habituales de media distancia por otros más antiguos. «Además, cuando hay averías, los trasbordos se hacen por carretera, cuando la mayoría de los viajeros que optan por el tren lo hacen para huir del asfalto», denuncia Blanco.
Según Comisiones Obreras, las cosas se han complicado en los últimos meses debido a una nueva normativa de Renfe, tanto funcional como salarial, que ha provocado una situación de conflictividad sobre todo en el colectivo de interventores, que ha llevado a la empresa a tomar unas medidas que han deteriorado de forma importante la calidad del servicio. «Tanto es así que hay trenes regionales en Extremadura funcionando sin interventor», explica Miguel Fuentes.
Por este motivo, el sindicato ha convocado una huelga de interventores de carácter indefinido y a nivel regional: los lunes, miércoles, viernes y domingos a partir del 1 de septiembre.
El origen de todos los problemas, según la CGT, fue la división de la empresa ferroviaria en Renfe y Adif, lo cual le hizo perder fuerza. La clave: el importante descenso en el volumen de empleados. Según Marcelino Blanco, en el año 1981 Renfe tenía más de 80.000 trabajadores, mientras que en la actualidad, entre las dos empresas apenas se alcanzan los 25.000.
Esta tendencia a la baja en materia de empleo se traslada también a Extremadura. En Cáceres, Adif ha pasado de tener 200 trabajadores a menos de la mitad en 10 años, mientras que en Renfe hay entre 18 y 20 trabajadores. En Badajoz Adif conserva entre 240 y Renfe, menos de un centenar, según la confederación sindical.
«Con ese panorama es difícil mantener la calidad del servicio. Los trenes van y vienen sin que exista un buen mantenimiento que garantice que en el trayecto no van a surgir averías. Por ese motivo son tan frecuentes, en la actualidad», señala Blanco.
A todo ello hay que unir las constantes subidas de precios de unos servicios que no gozan, ya de por sí, de demasiados usuarios. «Mientras en las grandes líneas hay tarifas especiales con descuentos sustanciosos, en las regionales las facilidades brillan por su ausencia, cuando debería de ser al revés. No hay promociones que, en este sentido, pueden lograr un incremento de viajeros», opina Blanco.
Usuarios fieles
Pese a todo, los usuarios parecen ser personas muy sufridas puesto que no existen demasiadas reclamaciones. Cuando se producen retrasos solicitan la 'indemnización' estipulada y poco más. «Son personas que se mantienen bastante fieles pese al deterioro del servicio. Consideran que es más cómodo y más seguro», afirma Blanco.
Todo ello contribuye a empeorar la situación de un servicio cuyo deterioro es consecuencia de todo lo anteriormente citado. «Lo que no se puede es justificar que va a haber recortes de trenes a partir de noviembre porque no hay viajeros. Más bien habrá que plantearse qué está pasando para que cada vez haya menos viajeros», reflexiona Blanco.
La apuesta, desde todos los niveles, por el AVE ha podido contribuir a desviar la atención de los servicios ferroviarios regionales, según los sindicatos. «Somos los primeros interesados en tener un tren de alta velocidad competitivo. Pero, si a mí me dan a elegir entre él y los regionales, me decantaría por los segundos, sin dudarlo. En Extremadura es más importante para vertebrar el territorio y la movilidad de sus habitantes mantener unos buenos trenes regionales. Hay que tener en cuenta que el AVE, al fin y al cabo, lo único que vamos a hacer es verlo pasar, porque sólo parará en un par de sitios», reflexiona Fuentes. «Todo el mundo habla del Ave de fechas, de tramos, de lo que va a haber y de lo que no, mientras la Junta tiene muy descuidados los trenes regionales que son hoy por hoy nuestra realidad más inmediata», añade Marcelino Blanco. Seguro que todos los usuarios están de acuerdo con él.
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