La ermita de las Candelas todavía arrastra las secuelas de la tormenta

El tiempo se detuvo en la ermita de las Candelas el pasado 16 de septiembre, el día que la tormenta de granizo colapsó la ciudad. Hasta este templo de finales del siglo XIV, situado entre la Plaza de Santa Clara y Mira al Río, también llegó el agua. Y todavía sigue ahí. Dos semanas después, la ermita de las Candelas, situada en la calle Consolación, permanece intacta. Hay bancos por los suelos, algunos de ellos destrozados. El altar, de madera, ha quedado inservible. Y la megafonía se ha estropeado. Tampoco funciona la electricidad.

Ramón Rodríguez, uno de los párrocos de San Mateo -iglesia de la que depende la ermita de las Candelas-, señala que en breve se desplazará hasta el templo un equipo humano de colaboradores de la parroquia para achicar el agua que todavía hay en el interior. «Cuando saquemos el agua y se sequen los bancos, volveremos a la ermita para hacer una limpieza general y darle una capa de pintura», ilustra el sacerdote. Hasta ahora, cuenta, les ha sido imposible realizar esta tarea por cuestiones de agenda. Ha habido otras obligaciones, dice.

La ermita de las Candelas está situada en una calle con pendiente, hecho que facilitó la entrada de agua al edificio. Además, el temporal de lluvia, viento y granizo hizo que la puerta cediera. «Antes teníamos un sumidero muy grande en la entrada, pero cuando el Ayuntamiento arregló la calle lo tapó e hizo uno más pequeño. Nosotros ya le expusimos entonces que queríamos el sumidero que teníamos con anterioridad», ilustra el párroco.

La ermita de las Candelas no está abierta al público, ni al culto habitualmente. Sólo acoge actos puntuales, como la festividad de las Candelas, que se celebra cada mes de febrero con suelta de palomas y una procesión de la talla titular del templo hasta San Mateo. Este año, por cierto, la procesión se celebró por primera vez en horario vespertino para favorecer la afluencia de público.

El investigador local Alonso Corrales Gaitán recoge en su libro dedicado a las ermitas cacereñas algunas curiosidades sobre las Candelas. El templo, por ejemplo, ha sido sometido a varias restauraciones totales o parciales en los siglos XVII, XVIII, XIX y XX. «Primitivamente también se conoce a esta ermita con el título de San Pedro, como consecuencia de la cofradía de su mismo título que allí estaba ubicada, con su imagen propia», relata.

Obras de rehabilitación

Durante una época, cuenta Corrales Gaitán en su libro, las mujeres abandonaban a las puertas de la ermita a sus hijos recién nacidos fuera del matrimonio, que recogía la cofradía y entregaba a un sacerdote. El religioso se encargaba de buscar familias para los bebés. En 1947 el Ayuntamiento de Cáceres compró la ermita, que se encontraba en ruinas, para construir unas escuelas. Este proyecto no se llevó a cabo y seis años después, en 1953, la ermita pasó a manos de la parroquia de San Mateo. El 13 de agosto de 1957 comenzaron las obras de rehabilitación del templo y un año más tarde, en febrero de 1958, el obispo Llopis Ivorra bendijo las nuevas instalaciones, que son las que se conservan en la actualidad.