J.L. AROCA
Martes, 28 de diciembre 2010, 11:56
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Si descontamos a los 800 escolares y ancianos del pueblo, medio Arroyo participó ayer por la tarde en la concentración convocada por una peña cultural y recreativa para hacer frente a las acusaciones de que miraron para otro lado mientras la menor era prostituida.
También para reclamar contundencia contra los culpables a la vez que se organiza, bajo normas de convivencia y habitabilidad, la presencia de inmigrantes en la localidad; hay 250 rumanos.
La concentración no registró incidente alguno y fue calmada pese a la «indignación» que los arroyanos tienen con algunos medios de comunicación nacionales, y en especial según su alcalde, Juan Moreno, contra dos televisiones nacionales a las que el Ayuntamiento estudia demandar.
Pedro Rivera, presidente de la asociación convocante, leyó un comunicado en el que el pueblo desmiente haber sido conocedor o consentidor de la prostitución de la niña, y defiende su carácter trabajador. No se puede calificar a un pueblo por un hecho aislado, un pueblo en el que nunca ha habido violencia de género o prostitución de menores. Arroyo repudia el racismo y la xenofobia, y ayudó a los vecinos rumanos cuando lo han necesitado, aplaudieron también los 1.500 vecinos concentrados.
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