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DANIEL ESCRIBANO
Jueves, 10 de febrero 2011, 10:56
En la finca 'El Rincón', en el término municipal de Romangordo, a orillas del río Tajo, pastan las reses de la ganadería de los Herederos de Juan José Cano Muñoz. Una vacada dedicada a la crianza del toro bravo, fruto de los sueños e ilusiones del que fuera su fundador, Juan José Cano Muñoz, quién la puso en marcha en el año 2000.
Juan José era un gran aficionado a la tauromaquia pero nunca se había dedicado a ello. Su afición y su amor por este maravilloso mundo le hicieron aceptar la idea que un día le propuso su amigo Martín: adquirir un lote de cien vacas y un semental. Las reses fueron compradas a Sebastián Palomo Linares. Con procedencia de Alcurrucén, los animales eran del encaste Núñez.
Cuando todo parecía ir bien, y la crianza del ganado bravo se convirtió en un oficio para Juan José, la tragedia se cruzó en su vida. Hace casi cinco años sufrió un accidente que le sesgó la vida. Aquí dejó un mundo lleno de ilusiones, sueños y esperanzas truncadas.
Tras su pérdida es su esposa Amelia y sus hijos quiénes se hacen cargo de la ganadería, queriendo preservar, en memoria de su marido y padre, el nombre insignia de la camada. Por ello pasó a llamarse Herederos de Don Juan José Cano Muñoz.
De aficionados a ganaderos
«Pasamos de ser aficionados a los toros, a lidiar con ellos en las tareas de campo. Entonces es cuando te das cuenta, lo que es el mundo del toro y lo que le rodea», explica Amelia, una mujer todoterreno que lucha día a día por mantener -a pesar de la situación que atraviesa la cabaña ganadera- la ilusión y la afición por la crianza de reses bravas que heredó de su esposo.
A lomos de la pala de su tractor, con el que cada mañana, de lunes a domingo, sale a dar de comer a sus reses, Amelia cuenta a HOY entre miradas perdidas y recuerdos, las anécdotas vividas en la finca junto con su marido.
-¿Cómo es para una mujer llevar a sus espaldas el peso de una ganadería de bravo?
-No es fácil, ya que se trata de un mundo muy complejo. Mis hijos y yo luchamos por esta ganadería en memoria de mi marido.
-¿Cree usted que merece la pena la dedicación que da a este duro trabajo y el sacrificio que hace?
-Desde el punto de vista económico, es decir, como negocio, es muy complicado porque son muchos los gastos y pocos los beneficios. Sin embargo, desde el punto de vista personal, para nosotros el mero hecho de poder mantenerlo hasta ahora es un triunfo, a pesar de que se requiere mucho esfuerzo, dedicación, sacrificio. El amor es más grande que todo eso.
-¿Es difícil para la ganadería de los Herederos de Juan José Cano vender sus productos?
-Mucho. En las grandes ferias siempre van las ganaderías con mucha antigüedad y, en los pueblos, quieren las ganaderías más comerciales. Cuesta mucho esfuerzo hacerse un hueco al no ser conocidos o tener un respaldo económico importante.
-¿Recuerda mucho a su esposo?
-Por supuesto. Él nos acompaña en nuestro día a día, siempre lo tenemos presente y todo se hace pensando en él.
-Como representante de la ganadería, ¿es exigente con sus reses?
-Junto con mi hijo, intento serlo. En los tentaderos procuramos que las vacas madres tengan movilidad, bravura, raza y que no se caigan.
-¿Tiene alguna corrida vendida para la presente temporada?
-Tenía vendida la novillada de promoción de Navalmoral de la Mata, pero como en esto cada vez ponen las administraciones más problemas se suspendió. En cualquier caso Toletauro me ha comprado para el cinco de febrero una novillada para Esquivias (Toledo). De momento es lo único que tengo vendido o, mejor dicho, apalabrado.
-Últimamente el sector taurino en general está sufriendo un acoso generalizado. Si además de todo esto le añadimos la crisis, está claro que repercute de manera muy negativa para el sector. ¿Cuál es su opinión?
-Todo es una cadena. Entre las prohibiciones de Cataluña, la falta de interés por parte de algunos gobiernos hacia el sector taurino, que lo deberían de incluir en cultura, la crisis y que la gente ha dejado de acudir a las plazas, los ganaderos pequeños con productos buenos es muy difícil que salgamos adelante.
-¿Ve usted alguna salida?
-Salida no. Solo que los Ayuntamientos y las administraciones no pongan tantas trabas y problemas a los empresarios a la hora de organizar festejos.
'El Rincón' es una finca con un sabor taurino y encanto muy especial. Allí dejamos a Amelia, una mujer que sorprende por su capacidad y su ilusión en un proyecto que heredó de su marido y que hoy intenta salvar solo por honrar su memoria.
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