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Trabajadores de Nueva Rumana disfrazados de Superman se manifiestan ayer por las calles de Madrid. :: EFE
ECONOMÍA

Empleados de Nueva Rumasa exigen en la calle una solución a la crisis del grupo

Los trabajadores del holding empresarial liderado por José María Ruiz-Mateos apoyan la entrada en concurso de acreedores

ANDER CARAZO

Domingo, 13 de marzo 2011, 01:36

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Miles de trabajadores de Nueva Rumasa se manifestaron ayer por las calles de Madrid para reclamar una rápida solución a los problemas que sufre el grupo, inmerso en una aguda crisis que amenaza con dejar en la calle buena parte de la plantilla. «¡Qué se dejen de pantomimas y que presenten el concurso de acreedores!», clamó el secretario general de Agroalimentaria de UGT, Jesús Zamora. La mayoría de los asistentes secundaban este planteamiento y, de hecho, la pancarta que más se repetía era la que rezaba «Intervenir y sanear».

Jesús Villar, de CC OO, calificó de «terrorista» el modelo de gestión de Ruiz Mateos. «Es imprescindible que ninguna Administración pública le vuelva a dar el más mínimo soplo de esperanza para seguir gestionando ninguna empresa», recalcó, y afirmó que existen compañías interesadas en continuar con la actividad del grupo.

El número dos de CC OO, Ramón Górriz, puso como fecha límite para solucionar el conflicto de Nueva Rumasa, el 22 de mayo, día de las elecciones municipales y autonómicas. Y tachó de «cómplices» a los ministerios de Economía, Trabajo y a la Agencia Tributaria, «que se han puesto de medio lado y han dejado hacer». «La actuación de ingeniería contable de los Ruiz-Mateos no puede ser excusa para que las Administraciones no se impliquen ya en la defensa del empleo», defendió el líder de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer.

De las más de un centenar de compañías del holding, con 10.000 empleados fijos en total, tres están a las puertas del concurso de acreedores (Cacaolat, Dhul y Clesa). Mientras, el resto sobrevive instalado en la incertidumbre. Los trabajadores se temen lo peor, mientras cada día se multiplican los problemas, aparecen nuevas deudas y decaen los pedidos y la actividad.

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Sin muchas alternativas

Letona, la marca que fabrica el popular Cacaolat, está ultimando su entrada en concurso de acreedores. La dirección de la empresa está reuniendo la documentación necesaria para comenzar el proceso concursal, la antigua suspensión de pagos. El comité de empresa se resigna: «Como está la compañía, tampoco había más alternativas».

«La intervención ayudará a que si hay algún beneficio sirva para pagar nóminas», aseguran los sindicatos, que denuncian que la firma adeuda un mes a la plantilla.

Deseoso de tutela judicial

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«Dhul no es la familia Ruiz-Mateos», explican los trabajadores, que dan por segura la quiebra y auguran «una muerte anunciada» para los próximos días. Sus portavoces sindicales sospechan que los fondos obtenidos por la empresa granadina han sido utilizados para los intereses personales de los Ruiz-Mateos. Bajo la tutela judicial creen que se facilitará la entrada de dinero y la posibilidad de un traspaso a mejores manos.

ERE Temporal

La delegación madrileña de Clesa atraviesa un ERE de seis meses para la totalidad de la plantilla, 307 trabajadores. Tras doce horas de reuniones, la dirección y los representantes de los trabajadores tomaron hace unos días esta decisión a pesar de que ambas partes consideran que la firma es «viable». Los sindicatos consideran que el expediente es la mejor solución para poder cobrar parte de sus prestaciones por desempleo.

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Ni gas, ni teléfono

La siguiente empresa en entrar en concurso de acreedores será, probablemente, Carcesa. Así lo sospechan los trabajadores después de que los directivos de la compañía hayan empezado a recopilar información para acogerse a este trámite judicial. Los delegados no están en contra de este trámite e incluso lo ven necesario para determinar su viabilidad y seguir adelante con su actividad. Los sindicatos denuncian que las deudas pendientes han provocado el corte del suministro de gas y la línea telefónica de algunos complejos de la empresa.

Reina el desconcierto

En Trapa reina el desconcierto. La documentación, según los sindicatos, está en manos del juzgado de lo mercantil de Palencia, pero aún no hay nada definitivo. «No sabemos qué pasará con nosotros en una semana, es horrible», aseguran miembros del comité de empresa.

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