Los menores del Julián Murillo ya están en el centro de Nuevo Cáceres

Nuevo Cáceres tiene nuevos vecinos. Desde el pasado viernes, día 25, los 32 niños del centro de menores Julián Murillo, así como sus 48 trabajadores, están instalados en las dotaciones que la Junta de Extremadura ha levantado en la calle Juan Solano Pedrero, frente al centro de salud del barrio. Gran parte del edificio que hasta ahora albergaba el centro, situado en la Ronda de San Francisco, junto al hospital San Pedro de Alcántara, se ha quedado vacío. Pero será por poco tiempo.

La Diputación Provincial, titular del inmueble, ha cedido de forma temporal las instalaciones a la delegación cacereña de la Asociación Síndrome de Down Extremadura. Este colectivo ocupaba hasta ahora el piso superior del edificio. Con el traslado del centro de menores, Down Extremadura ampliará sus dependencias y sus servicios, según ha confirmado Adela Domínguez, vicepresidenta de la asociación y coordinadora de la sede cacereña. De hecho, mañana, lunes, comienzan las obras de adecuación en el interior de la construcción.

El nuevo centro de menores de Cáceres, que depende de la Consejería de Igualdad y Empleo, empezó a construirse en el mes de octubre de 2008. La Junta adjudicó las obras por un importe de 2.117.698 euros a una unión temporal de empresas formada por las firmas Luntec e Interlun. El diseño del proyecto es obra del arquitecto cacereño Eleuterio Sánchez Vaca. El edificio consta de una planta semisótano de 263 metros cuadrados y de una planta baja de 2.112. Cuenta, además, con una zona ajardinada y área de juegos. El inmueble se estructura en oficinas, gimnasio, salas de juego, residencia (hay un módulo para niños de hasta dos años y otro para los demás), lavandería, cocina, comedor y almacenes, entre otras zonas.

En el centro de menores de Cáceres viven niños con edades comprendidas entre 0 y 6 años en régimen de acogida procedentes, en su mayoría, de familias desestructuradas. Con su marcha a Nuevo Cáceres, el Julián Murillo pone punto y final a una trayectoria de 30 años. El centro abrió sus puertas el 1 de diciembre de 1981 en la Ronda de San Francisco. Entonces, estaba gestionado directamente por la Diputación Provincial, cuya labor social con los niños sin familia viene de largo. Durante décadas, la institución provincial les prestó acogida a través de la casa-cuna o el antiguo colegio San Francisco.

La gestión del Julián Murillo pasó tiempo después a la Junta de Extremadura, a través de la consejería de Bienestar Social. Para ello, la administración autonómica y la Diputación firmaron un acuerdo de colaboración, ya que el edificio y la plantilla de trabajadores pertenecían a la administración provincial, aunque la Junta corría con los gastos de funcionamiento, además de marcar las directrices de actuación con los menores.

El centro de menores atravesó su momento más crítico en el año 2005. La Junta de Extremadura anunció en el mes de abril que cerraría el Julián Murillo y que los niños serían derivados a otros centros de menores de la comunidad autónoma. Se dijo entonces que los trabajadores, pertenecientes a la Diputación, se incorporarían de nuevo a la institución provincial. La noticia cayó como un jarro de agua en la ciudad y, finalmente, Diputación y Junta buscaron alternativas para evitar su desaparición.

Las obras, en 2008

En el año 2008 comenzó a edificarse en Nuevo Cáceres el centro que sustituiría al Julián Murillo. Se trataba de un edificio promovido por la Junta y sufragado por la administración autonómica.

Mientras tanto, las dos instituciones se pusieron de acuerdo para llevar a cabo un proceso paulatino de renovación de la plantilla. La idea residía en que el nuevo centro estuviera atendido por funcionarios de la Junta y no por trabajadores de la Diputación. Para ello, estos últimos deberían ser reubicados en distintas áreas de la institución provincial. Así se hizo. El nuevo centro echó a andar el viernes. Ahora los cambios llegan a la Ronda de San Francisco.