El 22-M votarán como los grandes

Los vecinos de cuatro municipios extremeños tendrán que elegir el próximo 22 de mayo a sus concejales. Hasta ahora, en las convocatorias electorales, votaban solamente quién querían que fuera el alcalde, porque no superaban el centenar de habitantes y funcionaban como Concejo Abierto, una imposición legal que la reforma de la ley electoral ha abolido como tal.

Eso significa que ya no es obligatorio que se administren de esa manera, pero la puerta queda abierta por si quieren seguir funcionando con el tándem alcalde-vecinos como fórmula de gobierno. En cualquier caso, tendrán que decidirlo después de las elecciones, en las que votarán como los grandes, pero eligiendo a sus concejales que, a su vez, serán los encargados de determinar quién es el alcalde en los próximos cuatro años.

Hasta ahora el primer edil electo era el que decidía posteriormente quiénes formarían su equipo, ediles que gobernarían junto a una asamblea vecinal cuyo voto mayoritario era necesario para tomar decisiones o sacar adelante cualquier operación. El Reglamento de Régimen Jurídico de las Entidades Locales establece que esas asambleas vecinales tendrían que celebrar sesión ordinaria una vez por trimestre y que se les convocaría «por pregón, toque de campana o cualquier otro medio de uso tradicional en el lugar».

La cita procuraba fijarse en una jornada en la que se favoreciese la asistencia, en sábado o día festivo principalmente, para evitar unas obligaciones laborales que, precisamente en el medio rural, no tienen fecha fija en el calendario.

Una figura legal, la del Concejo Abierto, con un innegable poso romántico, pero que en la práctica resulta poco operativa. Se aplica en pueblos con una población pequeña o en aquellos cuya ubicación geográfica lo haga conveniente.

Super democracia

En Extremadura esta figura deja de existir en los municipios cacereños de Benquerencia, Cachorrilla y Ruanes, así como en el pacense de El Carrascalejo, que han venido funcionando con una fórmula que muchos califican como democracia en su estado más puro, porque permite a los vecinos actuar como auténticos concejales, aportando su voto directo y personal.

Hay que convocarles para cualquier asunto, desde dar el visto bueno a los presupuestos hasta solicitar un permiso de obra. «Una fórmula super democrática, en la que los vecinos decidían en vivo. Es como si cada uno fuera un concejal y pueden, incluso, aportar sus propuestas», apunta Francisco Manuel Merino Palomino, alcalde de Benquerencia.

Sin embargo, en la práctica, planteaba problemas, como la falta de quorum necesaria para aprobar algunas cuestiones; la excesiva dilatación a la hora de tomar decisiones o la sobrecarga de funciones en la figura de los regidores municipales. Falta de agilidad, en definitiva.

La reforma de la normativa legal deja, no obstante, la puerta abierta a que cada pueblo decida si quiere regirse por la nueva propuesta de corporación municipal o continuar con el tándem gobierno-asamblea vecinal de los concejos abiertos, que ajusta su funcionamiento a los usos, costumbres y tradiciones locales y, en caso de duda, cuenta con las leyes de Régimen Local.

Los alcaldes extremeños a los que afecta el cambio, lo conocían desde finales de año, de manera que han tenido tres meses para confeccionar sus listas, con el fin de que los vecinos sepan qué concejales les proponen.

Solamente en la localidad de Cachorrilla, situada en la comarca de las Vegas del Alagón, se podrá elegir a cinco ediles, un número que les corresponde por tener más de un centenar de habitantes. Los otros pueblos extremeños se quedarán en tres, por no superar esa cifra.