
MARÍA FERNÁNDEZ
Viernes, 29 de abril 2011, 04:01
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Se prometía batalla aérea para este año y al guerrero San Jorge no le dio ningún miedo. La nueva Plaza Mayor esperaba una fiesta espectacular y el público, que abarrotó por miles como viene siendo habitual el escenario, se vio metido en el espacio escénico de la lucha. El dragón, de catorce metros y confeccionado por la compañía Teatrapo, fue derrotado una vez más y ardió en la explanada del arco de la Estrella. Eso sí, San Jorge tuvo una sorpresa y se encontró con dos dragones más, un dragón-robot y de un tercer mostruo de 21 metros que se suspendía en el aire, movía la cabeza y la cola de derecha a izquierda y que tenía vida propia, o al menos, así lo parecía, y que batalló con guerreros suspendidos en él. A medio camino entre la historia y la mitología, Cáceres volvió a rememorar ayer el triunfo de las tropas de Alfonso IX sobre los moros en el año 1229 con una recreación impresionante.
Más de trescientos figurantes participaron en un desfile muy vistoso, que arrancó desde el pabellón de Moctezuma y finalizó en la Plaza Mayor. Zancudos, gigantes, bailarinas, saltimbanquis, jinetes o una escuadra de arcabuceros (soldados armados con un arma antigua de fuego), entre otros personajes, animaron el recorrido. Y por supuesto, no faltaron las cortes musulmanas ni las cristianas. Ni la princesa Mansaborá. Ella, cuenta la leyenda, se enamoró de un capitán cristiano, un hecho que fue el desencadenante de la reconquista sobre los musulmanes. La empresa Fénix Animaciones fue la encargada de amenizar la previa de la batalla entre San Jorge y el dragón.
Una vez en la Plaza Mayor, el espectáculo incluyó elementos muy grandiosos -como esculturas gigantes móviles o el propio caballo en el que estuvo subido San Jorge a la hora de derrotar al dragón- que cautivaron al espectador. La acción se concentró en el tramo comprendido entre las escalinatas del Ayuntamiento y la ermita de la Paz. A las diez comenzó el espectáculo, organizado por Carros de Foc, aunque el dragón de Teatrapo no entró en escena hasta pasadas las diez y media. Y tras la estela de la derrota del dragón, los tradicionales fuegos artificiales pusieron el broche final al acto. Seguidamente, se abrió la veda para el tambien tradicional concurso de la gallina de los huevos de oro, que conmemora la leyenda de la princesa mora y su traición por amor y que reparte premios de hasta 150 euros para aquellos que encuentren las dos gallinas en la Ciudad Monumental.
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