PPLL
Domingo, 1 de mayo 2011, 02:19
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El estudio fotográfico era la habitación del matrimonio. Y el fondo, una sábana blanca bien estirada para esconder el cabecero de la cama. Ana se quedó con las ganas en su primer embarazo de unas fotos artísticas donde se apreciase su barriguita en todo su esplendor. Por eso cuando le dijeron que Hugo venía en camino puso a su marido tras una pequeña cámara compacta. «Íbamos experimentando cada mes, viendo distintas poses en las que se apreciara bien el embarazo y su evolución. La última me la hice ya cumplidos los nueve meses», comenta la ahora orgullosa madre de la parejita que llegó a disfrutar del desaparecido cheque-bebé. Aunque los 2.500 euros les ayudaron, al igual que los 100 euros mensuales que se embolsa por ser madre trabajadora, han recortado algún que otro gasto para ir tirando tras aplazar casi cinco años la decisión de aumentar la familia. «También influyó bastante el tema laboral, no me quise arriesgar». Ahora disfruta de una reducción de dos horas. Pasa toda la tarde con sus niños.
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