JUAN SORIANO
Viernes, 5 de agosto 2011, 15:14
Un enfrentamiento entre dos familias por cuestiones de celos y rencillas sentimentales acaba con dos fallecidos, madre e hijo, y con el temor de que se produzcan acciones de venganza en las próximas horas en Mérida.
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La Policía Nacional, que aún mantiene abierta la investigación, detuvo ayer a siete personas vinculadas con estos hechos, entre las que se encuentran miembros de las dos familias implicadas. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Mérida, que es el que lleva el caso por encontrarse de guardia en la jornada de ayer, decretó el secreto de sumario, por lo que apenas trascendieron datos sobre lo ocurrido
El suceso tuvo lugar poco antes de las doce del mediodía en la calle Jarandilla de la barriada de San Lázaro, el barrio más marginal y conflictivo de la capital autonómica. Hasta bien entrada la tarde la Policía Científica continuó recogiendo pruebas en la zona, donde se localizaron 200 proyectiles de escopeta y pistola de diferentes calibres.
Según ha podido saber HOY, el enfrentamiento tiene su origen en la separación de una pareja de etnia gitana. La familia del varón, que cuenta con raíces en Barcelona, acudió en la noche del martes a hablar con la familia de la mujer, uno de los clanes más conocidos en San Lázaro, para tratar unas rencillas nacidas fruto de la ruptura. En ese momento ya se produjo un incidente con varios disparos al aire, aunque el altercado no pasó a mayores. El 112 recibió una llamada alertando de estos hechos, pero cuando la policía acudió al lugar nadie quiso hablar del asunto con los agentes.
Al día siguiente, ya en la mañana de ayer, los familiares del chico regresaron al lugar en compañía de varios parientes llegados desde Barcelona para hacer frente al otro bando. La discusión fue subiendo de tono hasta que cada grupo tomó sus armas y dio inicio el tiroteo, parte del cual se produjo desde las ventanas de un primer piso de una vivienda de San Lázaro.
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Una mujer de 71 años, de la familia con vinculaciones en Cataluña, que al parecer intentaba mediar en la discusión, se encontraba dentro de un mercedes cuando recibió un tiro a bocajarro. Ingresó cadáver en el Hospital de Mérida pasadas las doce del mediodía. Uno de sus hijos, de 38, llegó al centro sanitario con una herida de bala que mostraba orificio de entrada pero no de salida. Cuando iba a ser intervenido en la UCI falleció en torno a las 12.45. Un tercer herido, al parecer miembro de la misma dinastía, presentaba un tiro en el abdomen, aunque con la bala incrustada en la pelvis. Tras hacerle varias pruebas finalmente pasó a planta. Asimismo, poco después de los hechos se presentaron en el lugar del tiroteo más personas con heridas de distinta consideración que fueron atendidas por efectivos sanitarios desplazados a San Lázaro.
Según ha podido saber HOY, la mujer de 71 años falleció en plena calle y, aunque pudo participar en la discusión, no portaba ningún arma. Las fuentes apuntan a que se trata de la abuela del joven que formaba parte de la pareja separada, mientras que el otro fallecido es uno de sus tíos. Entre los detenidos se encuentra el padre de la chica que formaba parte del matrimonio.
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Investigación en marcha
La persona que se encuentra ingresada en el Hospital de Mérida es una de las siete que, según apuntaron fuentes oficiales, formaban parte del número de detenidos al cierre de esta edición. El resto forma parte de ambas familias, e incluso se está a la espera de localizar a más implicados. La Policía también se incautó de varias armas. El grueso de las diligencias judiciales comenzará hoy.
La Jefatura Superior de Policía Nacional de Extremadura emitió un solo comunicado en la jornada de ayer, hacia las dos de la tarde, en el que anunciaba hasta ese momento la detención de cinco personas por su implicación en los hechos. En esta nota se afirmaba que el enfrentamiento obedecía «supuestamente a rencillas familiares».
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En el lugar de los hechos quedó un vehículo Ssangyong Kyron con los cristales destrozados por las balas, así como un Seat León que también se vio alcanzado por los impactos. Ambos vehículos fueron retirados alrededor de las siete y media de la tarde por la grúa municipal. Los restos de disparos en las paredes quedaron como únicos testigos de lo ocurrido.
Mientras la investigación sigue su curso, crecen los temores por las posibles represalias que pueda tomar la familia que ha perdido a dos de sus miembros. Los cadáveres llegaron anoche a Mérida tras realizarle la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Badajoz para su entierro. En el barrio de San Lázaro, donde pocos se atreven a hablar de lo ocurrido, se respira una tensa calma. Como muestra, uno de los implicados en el tiroteo acudió en la tarde de ayer al domicilio desde el que se produjeron los disparos para ser interrogado sobre lo sucedido. Para evitar posibles represalias, fue custodiado por varios agentes de Policía.
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Se da la circunstancia de que apenas a cien metros de lo ocurrido se encuentran las dependencias de la nueva Comisaría de Policía, lo que facilitó la detención de los implicados, así como el renovado Palacio de Justicia, desde el que se pudo oír el tiroteo. .
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