SONIA BEJARANO
Viernes, 12 de agosto 2011, 02:08
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Es sábado 6 de agosto y me dirijo hacia el estadio Ciudad de Málaga para disfrutar de la primera jornada del Campeonato de España. Compito el segundo día, pero no dejo pasar la oportunidad de ver a mis compañeros de selección y de familiarizarme con el entorno. Entro por la puerta de los atletas y bajo las escaleras hacia la zona de calentamiento dejando las bulliciosas gradas a mi espalda.
Por el camino me encuentro con atletas que competirán ese día, su semblante y mirada de determinación les delata. Reina, como en un hormiguero, un caos organizado. Un centenar de personas ajetreadas e integrados en una atmósfera que emana ilusión, nervios y ambición. Avanzar sin tropezar con alguien resulta imposible si eres un extraño, solo cuando desarrollas una tarea determinada y confluyes con el objetivo general del grupo ves los huecos por donde puedes moverte sin encontronazos.
Los médicos y fisios hacen su trabajo algo apartados, me dirijo hacia ellos para tratar mi lesión y hacer lo imposible para poder terminar mi carrera. Por el camino me encuentro con Javi Alves, que correrá el 5.000 junto a Carlos Gazapo y Pablo Villalobos. Alves realizó una carrera muy inteligente, atento en todo momento a los cambios de ritmo. Logró una valiosa medalla de bronce, que sumada a su marca mínima lograda en el meeting de Barcelona, le asegura prácticamente su inclusión en la selección nacional para el Campeonato del Mundo de Daewo. Pablo Villalobos, que también será internacional en Daewo en maratón, terminó en una sorprendente y grata cuarta posición; mientras que Carlos Gazapo terminó noveno faltándole muy poquito para ser finalista.
Albert Naugle disputó las semifinales de los 100, María Barbaño Acevedo quedó séptima en la final de martillo y en el 3.000 obstáculos Conchi Hidalgo entró en décimo primera posición, mientras que Raquel Gómez pudo haber luchado por las medallas de no haber tropezado en una ría. Al día siguiente intentaría también el 5.000, donde quedó novena. Yo tuve que abandonar en ese 5.000 al acusar una lesión en mi pie izquierdo que me imposibilitaba impulsarme con normalidad y tuve que ceder en mi lucha por conseguir una medalla. Ese día, la suerte no estuvo del lado de los extremeños ya que Cienfuegos arriesgó y con tres nulos no pasó a la mejora. Deberá aprender para próximas ocasiones como Daewo. Enrique Márquez, como entrenador de la saltadora de altura Raquel Álvarez, logró un merecido bronce también el domingo.
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Un grupo de extremeños reducido el que acudió a Málaga, pero de gran calidad. Quizás sólo Alves fue capaz de traer una medalla a casa, pero es deber remarcar la importancia y orgullo de poder contar a priori (hasta que no se haga oficial la selección nacional no hay nada definitivo), con tres extremeños; Javi Alves en 5.000, Pablo Villalobos en maratón y Cienfuegos en martillo.
Sería una alegría poder seguir a los tres por televisión.
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