J. LÓPEZ-LAGO
Martes, 20 de diciembre 2011, 02:29
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La sola posibilidad de pensar en un comercio liberalizado completamente en cuanto a horarios y calendario asusta a los pequeños empresarios. El anteproyecto de la Asamblea de Madrid, donde su presidenta, Esperanza Aguirre, pretende que la próxima primavera cualquier tienda, da igual la superficie, pueda abrir los días del año que quiera y en el horario que más le convenga, ha desatado la reacciones unánime y en contra desde el pequeño empresario extremeño.
Por contra, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) considera que esta liberalización beneficiará al consumidor y, como dice Aguirre, creará puestos de trabajo, una medida muy oportuna debido a la situación económica actual. Anged agrupa a 17 compañías consideradas grandes superficies, como Alcampo, Carrefour, El Corte Inglés, Grupo Cortefiel, Grupo Eroski, Leroy Merlin o Toys r'us, entre otras.
Su apoyo a esta liberalización la razonan en que los cambios en la sociedad española en los últimos años han hecho que los hogares unipersonales, las familias monoparentales y las parejas sin hijos representan a casi la mitad de la sociedad y entre sus demandas está una mayor flexibilidad en el tiempo de compra.
Entre el pequeño comercio y las grandes superficies citadas hay un escalón intermedio. Se trata de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), a la que pertenecen El Árbol, Mercadona o el Grupo Ifa, entre otras cadenas de supermercados. Desde que Madrid anunció la medida la semana pasada, Asedas ha optado por la prudencia y no se pronuncia. No obstante, su director general, Ignacio García Magarzo, ya declaró en una entrevista a la revista Distribución publicada antes del anuncio de Esperanza Aguirre que en los países con horarios liberalizados este factor no contribuía a bajar los precios.
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«Desastre» en Extremadura
La medida que propone la comunidad madrileña para que la libertad total en el sector comercial entre en vigor antes del próximo verano solo se práctica en dos capitales, Tokio y Nueva York. Incluso es difícil que cuando la desregulación llegue a España sus efectos se noten en Extremadura. Sin embargo, ante la posibilidad de que se extienda este planteamiento ultraliberal, pequeños comerciantes de la región ya se han mostrado en contra.
Según el presidente de la Federación de Comerciantes de la Provincia de Badajoz (Fecoba), José María Reino, esta liberalización tendría un resultado desastroso en Extremadura, «donde el 37% de las empresas pertenecen al sector comercio, de las cuales el 95% tienen cuatro o cinco trabajadores como máximo», por lo que sería imposible soportar los salarios necesarios para abrir más horas o más días. Además, recuerda que en la actualidad ya existe esta permisividad en superficies menores de 300 metros cuadrados y casi nadie decide abrir en domingos o más allá de las nueve de la noche.
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En la actualidad, Extremadura es una de las nueve comunidades autónomas que no superan el mínimo estatal en aperturas en festivos o en horarios para grandes superficies, con ocho días de fiesta al año en los que se puede abrir y 72 horas semanales.
El presidente de la Asociación de Comerciante de la Calle Menacho y Adyacentes, Emilio Doncel, dice que «ahora que tanto se habla del estado del bienestar no se le puede decir al comerciante que no descanse un solo día de la semana y deje de estar con su familia». Además, cree que cualquiera puede comprar perfectamente desde las diez de la mañana del lunes hasta las nueve de la noche del sábado.
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Por otro lado, en la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (AECA), su gerente Mari Ángeles Costa opina que la medida que quiere aplicar Madrid no va a suponer aumento de empleo «debido a que los comerciantes que tengan empleados los recolocarán en turnos de trabajo, y aquellos autónomos que estén solos en su comercio, que son muchos en Extremadura, tendrán que incrementar sus horarios teniendo problemas para conciliar su vida familiar», informa María José Torrejón.
José Sánchez, presidente de la Asociación de Comerciantes de Mérida, califica la medida de Madrid de «auténtica barbaridad». Además, está convencido de que con este decreto sólo se van a beneficiar las grandes cadenas y las grandes superficies. Y se pregunta «¿a qué hora vamos a comer a nuestras casas?, ¿a qué hora vamos a dormir?, ¿a qué hora vamos a ver a nuestras familias si queremos competir con las grandes superficies?», informa Mari Ángeles Morcillo.
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