Plaza Mayor de Cáceres, donde tuvo lugar la manifestación contra la erforma laboral. :: JORGE REY
ECONOMÍA

La «antesala» del 29-M saca a más de 4.500 personas a las calles de Badajoz y Cáceres

Los líderes sindicales extremeños creen que aún hay tiempo para que el gobierno de Rajoy dé marcha atrás a su reforma laboral

S. LORENZO

Lunes, 12 de marzo 2012, 11:46

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Las manifestaciones de Cáceres y Badajoz contra la reforma laboral serán las últimas concentraciones sindicales antes de la huelga general convocada conjuntamente por CCOO y UGT el 29 de marzo. El próximo fin de semana es puente en algunos puntos de España y los sindicatos no quieren desgastar demasiado a la ciudadanía antes del 29M, de modo que las movilizaciones de ayer fueron consideradas como una «antesala» de la huelga general que pretende, si no tumbar, sí al menos atenuar la reforma laboral, resumida ayer en grandes letras en todas las pancartas con la palabra «injusta», al lado de otros adjetivos como «innecesaria» e «ineficaz».

Entre Cáceres y Badajoz salieron ayer a la calle en torno a 4.500 personas; de las cuales entre 2.000 y 2.500 lo hicieron en Badajoz, donde en la avenida de Europa un vecino de un quinto piso arrojó un tetra brick de leche que impactó pocos metros antes de la cabecera de la manifestación.

Tras el incidente, la reacción de los manifestantes fue de normalidad, aunque no faltaron reproches con cánticos al autor, al que los manifestantes acusaban de provocar premeditadamente a quienes defienden los derechos de los ciudadanos.

El otro punto 'caliente' del recorrido fue cuando los manifestantes pasaron ante la sede del Partido Popular en Badajoz, en la Ronda del Pilar. Allí, ante la mirada de Monago y Celdrán, cuyas fotos asoman en la entreplanta, las consignas contra los líderes del PP también subieron de tono.

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La cita en Badajoz fue a las doce del mediodía junto al ancla de Santa Marina, donde el líder de UGT, Francisco Capilla, y el de Comisiones Obreras, Julián Carretero, explicaron sus motivos para la movilización. El primero señaló que el real decreto del gobierno de Rajoy para regular el mercado de trabajo afectará más gravemente a Extremadura, donde prevé que los salarios se reducirán en un 15% y en cuanto se aprueben más recortes en los próximos presupuestos generales del estado, «empezará a peligrar el estado del bienestar que tanto ha costado poner en marcha». Desde este punto de vista, el líder de CC OO dijo que «salir a la calle es un acto de patriotismo para el futuro de nuestros jóvenes y que no haya retrocesos»

Según Capilla, «esto es una antesala de la huelga general, a la cual hemos tenido que llevar a cabo irremediablemente porque el gobierno no se ha preocupado ni ocupado de mantener una reunión con los líderes sindicales. Hablamos de una reforma laboral con unos recortes que no tienen precedentes en la historia de la democracia. Claramente se están vulnerando todos los derechos de los trabajadores recogidos en la Constitución Española», declaró.

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Para el secretario general de UGT en Extremadura, no hay marcha atrás respecto a la huelga, aunque esperan que el gobiernos se siente con ellos y acepte enmiendas a su reforma que retiren los puntos «más dramáticos y drásticos». En este sentido, el secretario general de Comisiones Obreras, Julián Carretero, recordó que hace diez años, en 2002, «precisamente un gobierno del Partido Popular con mayoría absoluta tras una reforma laboral ya aprobada en el parlamento dio marcha atrás gracias a las grandes movilizaciones del aquel 20-J».

Carretero hizo más cuentas para señalar también que ayer se iniciaba la trigésimo quinta movilización desde el año 2008 «para seguir peleando desde el movimiento sindical para salir de esta crisis intentando que sean los trabajadores quienes puedan tirar hacia delante».

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Entre los manifestantes que acudieron a Badajoz se pudo ver al secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara y al coordinador regional de Izquierda Unida, Pedro Escobar. También estaban presentes el portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea Valentín García y varios diputados, así como la exdelegada del gobierno Carmen Pereira o los líderes locales del PSOE, Celestino Vegas e IU, Manuel Sosa.

Al término del recorrido los manifestantes guardaron un minuto de silencio por los fallecidos en el 11-M en el atentado terrorista de Madrid, del que justo ayer se celebró su octavo aniversario.

En Cáceres con Luís Llach

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En Cáceres, la mitad de la Plaza Mayor también se cubrió poco antes de la hora de comer del color rojo de las banderas de UGT y CC.OO.

Las insignias de plástico revoloteaban entre unos 2.000 manifestantes que entraron en la Plaza mientras en los altavoces sonaba a todo volumen 'La Estaca', la canción que Lluís Llach compuso en 1968 con el propósito de unir a la gente para liberarse de la opresión.

La unión es lo que buscaban ayer los sindicatos para echar por tierra una reforma laboral que según dijo en su intervención Encarna Chacón, secretaria de organización de Comisiones Obreras, «quiere que las mujeres volvamos a casa». Chacón recalcó que por primera vez los empleados públicos pueden ser despedidos y anunció una emigración de los jóvenes para buscar trabajo en el extranjero, «porque no podrán vivir en un país en el que los ricos cada vez son más ricos, y los trabajadores cada vez más pobres».

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La líder de UGT de Extremadura, Mercedes Martínez, insistió en la idea de que están aumentando los dramas humanos, en una España en la que cada día que pasa hay más parados y menos prestaciones, por ese motivo animó a la huelga general: «El 29 de marzo vamos a parar el país. ¡Vamos a hacer una gran huelga general!».

La manifestación, que según los organizadores reunió a alrededor de 3.000 personas y según la Delegación del Gobierno en Extremadura a 1.200, comenzó a las doce de la mañana en la Cruz de los Caídos, en la Plaza de América, y concluyó a las 13.30 horas en la Plaza Mayor. Durante la protesta se sucedieron los gritos de «¡Huelga! ¡Huelga!», «¡Aquí está la fuerza sindical!», «Contra la reforma. Huelga general» o «Trabajo, sí; esclavos, no».

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Antes de las intervenciones de los representantes sindicales también en Cáceres se guardó un minuto de silencio por las víctimas del 11-M, de las que se recalcó que eran trabajadores, miembros de la clase obrera española que ahora quieren tumbar la reforma laboral, con el famoso estribillo de la canción de Lluís Llach de fondo, «segur que tomba, tomba, tomba (seguro que cae, cae, cae)».

«Hay que recordar que gracias a la huelga del 20-J en 2002 conseguimos que el PP, con mayoría absoluta, cambiara su reforma laboral»

«Esta reforma vulnera los derechos de la Constitución y no tiene precedentes en la historia de la democracia»

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