SANTIAGO ROMÁN
Lunes, 16 de abril 2012, 12:07
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Los aficionados extremeños estamos de enhorabuena, pues hemos asistido a la alternativa de un chaval que ha pasado al escalafón de matadores de toros: Luis Miguel Amado. La misma ha sido posible gracias a las ganas puestas por el nuevo matador y por el empresario que ha accedido a ponerlo. En una más que desagradable tarde de frío y viento tuvo lugar a alternativa del zarceño Luis Miguel Amado de manos de Miguelín Murillo y de testigo el portugués Nuno Casquinhas, en una plaza casi llena, es decir, cerca del millar de personas y con astados de Luis Albarrán. Tiempo hacía que el ganadero no mandaba algo para la lidia a pie, no sé quién dijo en su momento que el encaste Murube se quedara solo para rejones, y para la ocasión ha tenido a bien echar una corrida desigual, en cuanto a báscula se refiere, manejable en su conjunto, flojo el primero y con poco recorrido el resto a excepción del tercero.
Cómodos de cabeza menos el quinto, que ni en plazas de segunda se ve esa gran presentación. Amado anduvo con nervios en su primero, bien es verdad que el aire tampoco ayudaba. No encontraba la colocación a pesar de los intentos por hacerlo bien. Sí hubo cierto gusto en un par de series con la mano izquierda. A la hora de matar se vieron los mismos fallos. Obtuvo una oreja más bien por generosidad del presidente que por mayoría del respetable. Con el que cerraba plaza estuvo algo más asentado, de salida se estiró bien a la verónica. Luego con la muleta no hubo acoplamiento. Lo mató mal y se le concedió otra oreja.
Miguelín Murillo cada vez torea mejor con el capote, bajando las manos y lanceando despacio, gustándose. Tiene cada vez más cabeza delante de los toros, y no será precisamente por el número de tardes que actúa. En su primero tuvo que lidiar al toro y al aire, lo que le permitió pasear un apéndice. En su segundo demostró más ganas todavía, recibiéndolo con una revolera que a punto pudo costarle un disgusto. La faena de muleta también la empezó de rodilla. Poco a poco fue metiendo al burel en el canasto sacando al final faena donde en un principio parecía que no había. Estuvo muy por encima toda la tarde, siendo reconocido por el público concediéndole las dos orejas.
El luso Casquinhas no evoluciona, le sigo viendo igual que hace unos años, y... si al menos fuera bueno. No quiero decir con esto que sea un torero malo, no. Lo que pasa es que su toreo al aficionado dice poco, por no decir nada. Es un toreo soso y aburrido. Ayer no fue una excepción.
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Eso sí, al final también salió a hombros junto a sus compañeros y el mayoral tras cortar una oreja en cada uno. Ya tenemos a otro torero, ahora solo hace falta, que no es poco, que toree.
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