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Rajoy abraza al nuevo presidente del PP en Andalucía, Juan Ignacio Zoido, en presencia de Arenas. :: EFE
NACIONAL

Rajoy dice que «ni el Gobierno ni el PP tienen nada de qué avergonzarse»

El presidente, que adelantó un día su discurso en Granada para evitar protestas, anima a los militantes a tener la cabeza muy alta

A. MONTILLA

Domingo, 15 de julio 2012, 02:25

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Mariano Rajoy, tras una semana en la que su Gobierno ha aprobado un ajuste de 65.000 millones, el mayor en la historia de España, habló en Granada de sentimientos porque aseguró que no quería hacerlo sobre números, tecnicismos, leyes o reglamentos.

El presidente del Gobierno es consciente de que la respuesta en la calle a los recortes va a ser dura, por ello quiso arengar a los suyos: «No tenéis nada de lo que avergonzaros, ni el Gobierno tampoco». Enfatizó que el Ejecutivo toma decisiones, aunque sean duras e impopulares, en beneficio de los que «aplauden, de los que callan y de los que protestan».

El líder del PP, que adelantó un día la clausura del congreso de los populares andaluces para esquivar una protesta de funcionarios públicos, animó a los militantes de su partido a salir «con la cabeza muy alta y con orgullo porque no estáis trabajando, ni el Gobierno tampoco, en defensa de los intereses particulares de nadie». Rajoy intentó apagar el incendio, o al menos no propagarlo, mostrando total compresión hacia los que se manifiestan en contra del último tijeretazo adoptado por el Gobierno para cumplir con las exigencias de la Unión Europea.

«Yo comprendo las frustraciones y el mal humor que provocan los sacrificios», indicó antes de advertir de que si no hubiera subido el IVA o quitado temporalmente una paga extraordinaria a los empleados públicos «las cosas estarían mucho peor».

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Rajoy, en cualquier caso, mandó un mensaje a los sorprendidos o desencantados con sus últimas resoluciones. «Nunca hemos prometido ni milagros ni brotes verdes», declamó.

El presidente del Gobierno insistió en la herencia recibida, pero sin señalar a José Luis Rodríguez Zapatero. Explicó que antes de llegar a la Moncloa sabía que la situación económica era muy compleja, pero que tras asumir el cargo entendió que «era mucho más difícil de lo que habíamos pensado».

Rajoy abundó en que su Gobierno, desde el primer día, ofreció una única senda para salir de la crisis. «Un camino difícil, cargado de sacrificios pero por el que necesariamente tenemos que transitar para salir del pozo», recalcó. Empleó un argumento que no usó en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles cuando intentó justificar el tijeretazo ante la gravedad de la situación por la que atraviesa el país: el de que sería de ingenuos pensar que la recuperación económica llegará sin sacrificios. «Nadie -acotó- nos va a regalar nada, y todo lo que deseemos alcanzar tiene que salir de nuestro propio esfuerzo».

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Dejó claro que ni para él ni para sus ministros ha sido agradable subir los impuestos o reducir el sueldo a los ciudadanos. Si lo han hecho, apostilló, es solo «porque es nuestro deber».

Otra de sus obligaciones como presidente de España es decir la verdad. A su juicio, durante más tiempo de la cuenta solo se le dijo a los españoles «lo que era cómodo decir y agradable de oír», en clara alusión a las políticas del anterior Ejecutivo. Un error que, según Rajoy, solo ha servido para disfrazar la realidad y retrasar las reformas, lo que ha derivado en tareas amontonadas y una factura «que resulta bastante más cara de pagar ahora».

Rajoy no hizo alusión a las críticas ante la falta de datos concretos sobre el calado del ajuste que ofrecieron los ministros de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, respectivamente, tras el Consejo de Gobierno. Datos que sí ofrecieron en inglés a los inversores internacionales. Sí comentó que hoy se habla mucho de la prima de riesgo, de la deuda soberana y del diferencial y bono alemán, «y todo eso es muy importante, pero las decisiones que estamos tienen un objetivo prioritario, que es la creación de empleo».

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Tras la conclusión del congreso, donde el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, relevó formalmente a Javier Arenas al frente del PP andaluz, ya se habían agrupado medio centenar de personas frente al Palacio de Congresos de Granada para protestar por las recortes del Gobierno. Una cifra muy inferior a la que preveía el PP que se podría congregar hoy si se hubiera mantenido el programa oficial. De hecho, fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalucía habían alertado de la posibilidad de que numerosos autobuses con manifestantes llegaran a Granada procedentes de otros rincones de la comunidad autónoma. Rajoy ha podido abandonar sin mayores problemas el lugar, que había sido acordonado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

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