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PILAR ARMERO
Sábado, 28 de julio 2012, 15:59
El abogado del Estado Adolfo Díaz-Ambrona Bardají falleció ayer en Badajoz a los 69 años, víctima de una afección pulmonar. Fundador de Alianza Popular en Extremadura, el pacense fue el primer candidato de la derecha regional a la presidencia de la Junta, en los años 1983 y 1987. Líder de la oposición en la Asamblea, también fue senador por la comunidad autónoma entre 1986 y 1987. A finales de los ochenta dejó la actividad pública para dedicarse expresamente a la abogacía.
Con su participación en política siguió la estela de su padre, ministro de Agricultura entre 1965 y 1969 durante el Gobierno de Franco y también la de varios familiares que venían ocupando puestos de responsabilidad desde la República, como su abuelo Luis Bardají, ministro de Educación con Lerroux. Su hermano Juan Díaz Ambrona fue presidente de la Diputación de Badajoz.
Una trayectoria que ahora tiene continuidad en su sobrino, Adolfo Díaz Ambrona Medrano, también abogado del Estado y actualmente miembro del Gobierno de Mariano Rajoy, que a finales del año pasado le nombró secretario general técnico del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Quienes conocieron a Adolfo Díaz Ambrona Bardají coinciden en señalar por encima de todo su calidad como persona. Lo destacaba ayer el expresidente de la Asamblea, Antonio Vázquez, que le definió como «muy cordial, muy inteligente y muy preparado. Un hombre de consenso que nunca buscaba conflictos, sino al contrario, trataba de evitarlos».
En la misma línea se expresaba Antonio Ventura, consejero de Cultura de Rodríguez Ibarra.
« Tenía una personalidad modélica, era todo un caballero que expresaba reconocimiento y respeto por cualquiera. Eso hacía que se le devolviese la misma consideración. Tenía el perfil de político que siempre ha necesitado Extremadura».
Luis Ramallo, exdiputado del PP, casado con una prima del fallecido, estudió con él en Badajoz y en Madrid y le recordaba como «un caballero y una persona excepcional».
Periodistas que siguieron sus intervenciones durante su etapa en el Parlamento extremeño, destacan igualmente su educación y trato exquisito.
«Era una persona que instintivamente despertaba el respeto en la gente y no creaba antipatías de ningún tipo», recordaba Rafael Angulo, jefe de prensa de la Asamblea.
Díaz Ambrona estaba casado con Marisol García Cancho y tenía seis hijos. Las muestras de condolencia se sucedieron desde que se conoció su fallecimiento.
José Antonio Monago en nombre del Ejecutivo, transmitió su pesar por la muerte «del insigne extremeño, con un sentido recuerdo hacia uno de los políticos más destacados de la historia contemporánea de la región».
El PP de Extremadura le definió como «un político responsable en tiempos difíciles y una persona coherente en el equilibrio de sus ideas y su vida».
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