Cabañas pelea por su castillo

En Cabañas del Castillo hay una pérdida consumada y otra inminente. La primera son los 40.000 euros de ayuda que le concedió la Diputación Provincial; la segunda, la paciencia del alcalde.

La culpa de las dos cosas la tiene la polémica del castillo. Una historia con dos partes en pugna. De un lado, el Ayuntamiento. Del otro, Gordon Bastard y Max Montgomery, dos ciudadanos extranjeros que según el alcalde, no paran nunca por el pueblo.

En el año 2008, la Junta de Extremadura incluyó al recinto en el Plan Castillos de Extremadura, que perseguía poner en valor este tipo de construcciones históricas para convertirlas en elementos de atracción de turistas. Después, la Diputación de Cáceres concedió al municipio una subvención de 40.000 euros, dentro del Plan de Dinamización Turística de Villuercas, Ibores y la Jara.

El Consistorio se puso manos a la obra con los trámites, pero se encontró con un muro que a día de hoy, no ha sido capaz de franquear. Según la administración, el terreno en el que se asienta la fortaleza no es de propiedad municipal, sino de varios particulares. De las tres fincas sobre las que hay que actuar, dos están a nombre de ciudadanos españoles, que no han tenido impedimiento en permitir al Ayuntamiento que haga lo que crea necesario. Pero hay una tercera parte implicada, la que representan Bastard y Montgomery, que se niega a cesión alguna, según la versión de Julio García Vizcaíno, alcalde socialista de la localidad.

«Nos han pedido sentarnos a negociar, porque dicen que el castillo les ha acarreado una serie de gastos en concepto de escrituras», explica el regente. «Ante esa petición -continúa-, nosotros decidimos iniciar el expediente de ruina, porque de las tres torres que tiene el castillo, hay dos que están muy mal». La otra sí está en mejores condiciones, y es la que el Consistorio tiene en sus planes. «Queremos adecentar la subida y ver la manera de mejorar el estado de conservación de esa torre que no está tan mal como las otras dos», cuenta Julio García.

Para él, la causa del problema está principalmente en el Catastro. «Cuando Bastard y Montgomery compraron la parcela -explica el alcalde-, hubo un error en el registro catastral, que no delimitó correctamente las fincas, de manera que incluyó una parte de las ruinas del castillo dentro de tres parcelas».

Ante la constatación de ese inconveniente, el Ayuntamiento empezó a reclamar información a distintos organismos oficiales. Escribió al registro de la propiedad de Logrosán, a la dirección general del Catastro en Cáceres, a la directora general de Patrimonio de la Junta de Extremadura, a la Diputación Provincial... Ha habido respuestas, pero no soluciones. «Aquí todo el mundo pasa olímpicamente del tema», resume Julio García Vizcaíno, que llama la atención sobre los beneficios que podría reportar la puesta en valor del castillo.

«El pueblo está en un sitio precioso -presume el alcalde-, tiene pocos habitantes empadronadas pero los fines de semana, los puentes y las vacaciones, se llena de gente que tiene casa aquí, gente de fuera que se ha comprado terrenos y se ha hecho aquí su segunda residencia porque este es un sitio precioso, perfecto para tener tranquilidad». O sea, justo eso que él no acaba de encontrar en su faceta de alcalde por culpa del castillo.