Nuevas aportaciones del escultor Eduardo Acero a la imaginería extremeña

El artista y escultor Eduardo Acero sigue sumando producciones y trabajos para la Semana Santa extremeña. De hecho, ayer Domingo de Ramos tenía previsto que se estrenara en la calle una nueva 'Borriquita' realizada para Santa Marta de los Barros, mientras que también se ha encargado de llevar a cabo la restauración de la talla de la Virgen de la Soledad de Villanueva de la Serena, obra de Eduardo Pino.

Este villanovense se ha convertido en un imaginero de referencia en la comunidad autónoma, y que es que antes de estos dos trabajos realizados para lucirse en estas fechas, hay que sumar otros de gran importancia.

Acero quedará en la memoria histórica villanovense por ser el autor de la talla actual de la Virgen de la Aurora, la popular 'Carrerita', que hace aflorar las emociones de los villanovenses los Domingos de Resurrección. Esa fue la primera imagen religiosa que realizó y a partir de ahí la producción no ha parado de crecer.

Luego realizó la Virgen de la Guía en Campanario, la Virgen del Buen Suceso en Castuera, el Resucitado para la ermita de la Aurora de Villanueva, una Borriquita para Castuera, Santa María de Matías también de Castuera, la talla del Cristo de la Victoria para Mérida y la citada imagen de Jesús en la Borriquita para Santa Marta de los Barros.

Luego, también ha restaurado algunas imágenes, como el Santo Entierro o el Resucitado de Villanueva o el Corazón de Jesús o dos Vírgenes de Guadalupe de Eduardo Pino. A estos hay que sumar la reciente restauración de la Virgen de la Soledad, que se hará visible este Viernes Santo en la localidad villanovense.

En lo que respecta a la talla de Eduardo Pino, explica que durante varios meses de trabajo ha tratado todas las grietas que presentaba la madera en el cuerpo, brazos y zona inferior, desde la cintura a la base. Asimismo, se ha tratado y recuperado la policromia original de zonas agrietadas y erosionadas, sobre todo del cabello y estofados.

Libertad para crear

Eduardo Acero admite su predilección por este tipo de encargos. «Trabajar grupos escultóricos me gusta especialmente porque te permite recrear escenas y contextos más allá de la ejecución de imágenes aisladas. Estoy satisfecho con la consideración que tiene mi trabajo y la confianza que depositan en mí tanto instituciones como cofradías a la hora de darme libertad en mis creaciones». Respecto a la imaginería religiosa, señala que le gusta dotar a los Cristos y Vírgenes «de humanidad y movimiento, en conexión con el espectador».

Al recibir tantos encargos en la región, reconoce sentirse afortunado. «Es una satisfacción poder trabajar la imaginería desde Extremadura y me siento orgulloso de ser un escultor que trabaja en su tierra, pues otros imagineros extremeños como Pérez Comendador, Ávalos o Zancada tuvieron que desarrollar su trabajo fuera de nuestra región». De hecho, no nota la crisis, pues como aclara «las cofradías siguen apostando por mantener, restaurar y engrandecer su patrimonio».