E. F. V. CASIMIRO MORENO
Martes, 26 de marzo 2013, 03:28
La Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima de los Dolores vivió ayer una nueva jornada de incertidumbre. Tras la suspensión de la procesión de La Borriquita el domingo, todas las esperanzas estaban puesta en el desfile que debía salir a las 9 de la noche de la parroquia de la Concepción, pero la decisión final no pudo ser tomada hasta última hora y fue finalmente negativa.
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La hermana Mayor, María Teresa Valor Salas, ya lamentaba a primera hora del día la mala suerte que acompaña a su hermandad desde hace una década. «Se puede decir que salimos un año sí y un año no. Es una verdadera pena».
Las esperanzas de poder contemplar el desfile eran mínimas, pero la actividad fue frenética durante todo el día.
Aún así, no cundió el desánimo y todo se puso a punto. Entre las muchas tareas, una de las más laboriosas consistió en la colocación de las 600 docenas de claveles empleadas en ornamentar los pasos. «La ofrenda del Viernes de Dolores fue muy bien. Yo creo que trajeron las mismas flores de siempre a pesar de la crisis. Tal vez algunas personas sólo pudieron donar media docena en lugar de la docena completa, pero nosotros estamos muy agradecidos».
Otro gesto de generosidad llegó el viernes, cuando el general que dirige la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, regaló a la hermandad un estandarte en el que aparece el escudo de la cofradía rodeado de los escudos de todas las unidades que componen esta brigada con base en el cuartel de Bótoa. Ese estandarte cobró anoche un especial protagonismo y fueron muchos los pacenses que fijaron su vista en él. También se dirigieron las miradas a la nueva figura de la Inmaculada Concepción que estrenó el paso de María Santísima de los Dolores. Fundida en metal planteado, tenía unos 20 centímetros de altura y fue colocada justo en el centro de la parte delantera del paso, encima de los respiraderos.
Al final, la Hermandad y Cofradía decidió mostrar los pasos desde la puerta de la iglesia, en la calle San Juan, y abrir el templo para que la gente pudiera acceder al mismo y contemplar las imágenes. Lamentándolo mucho, los cofrades no desfilaron por el riesgo de lluvia abundante y la imposibilidad de regresar rápidamente al templo una vez iniciada la procesión.
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