ANTONIO ARMERO
Martes, 26 de marzo 2013, 15:07
A falta de Maltravieso, bien está El Conejar. En esta última cueva empezará a trabajar esta mañana el grupo de investigadores y expertos en Arqueología y Paleontología que integran el Equipo Primeros Pobladores de Extremadura (EPPEX). Será su decimotercer año consecutivo escudriñando entre las huellas de la Prehistoria cacereña, en busca de datos que permitan responder a la pregunta de cómo vivían los primeros humanos que llegaron al Calerizo cacereño.
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Este es el nombre que habitualmente se da, en términos de investigación arqueológica, al conjunto formado por tres cavidades: Santa Ana, El Conejar y Maltravieso. A la primera suele acudir Primeros Pobladores en las campañas del mes de septiembre, mientras que la segunda es donde han centrado su trabajo desde que la Junta de Extremadura decidiera en el año 2008 que Maltravieso, la joya de la corona de la arqueología en la ciudad, presentaba tal deterioro que lo mejor era que sólo entraran en ella los técnicos del IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural de España) para estudiar hasta qué punto está dañado el interior de la cueva.
Ahora, justo al inicio de una nueva campaña de excavaciones, surge una propuesta a la que ayer aludieron tanto la alcaldesa como Antoni Canals, paleontólogo y director del EPPEX. «Sería bueno -dijo ayer Canals- contar con un centro de interpretación en el que se pudiera conocer todo lo que se ha descubierto en el Calerizo en estos años». «La idea está encima de la mesa», dijo después Elena Nevado, que sólo precisó dos aspectos: sería más grande que el actual centro de interpretación de Maltravieso, y en la Consejería de Cultura del Gobierno autonómico «existe sensibilidad» hacia este proyecto. «Queda por definir el trabajo, pero en algún momento puede ser una realidad», amplió la alcaldesa.
De sus palabras se puede deducir que de momento se trata más de una intención que de una realidad. Lo que sí hay es un plazo marcado en el horizonte, al menos como un deseo. Y esa fecha es el año 2016, asociado a Cáceres fundamentalmente con el fiasco de la aspiración a ser Capital Cultural de Europea. Pero en 2016 se cumplirá un siglo desde que el investigador Ismael del Pan se adentró en la cueva de El Conejar. Situada en la calle Beethoven de la urbanización Vistahermosa -frente al hospital San Pedro de Alcántara-, la cavidad ha sido a lo largo de su vida cementerio de animales, refugio para gente sin techo y escombrera. Casi cien años más tarde, una veintena de jóvenes la elige cada año para moverse por ella con toda clase de mimos.
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