Capellanías no gusta

«Al final, con todo el jaleo, la ciudad se quedará sin mercadillo». Habla Isabel Ruiz, vendedora ambulante desde hace más de una década y que ayer, como cada miércoles, estaba en su puesto de frutas y verduras. La asamblea prevista para debatir si se aceptaba el traslado o no del mercado a las Capellanías quedó suspendida porque debido al mal tiempo fueron muchos los vendedores que faltaron a la cita semanal con Vegas del Mocho. Por tanto, la toma de la decisión se aplaza hasta el próximo miércoles.

No obstante, el polígono las Capellanías no gusta entre los vendedores para instalar allí el mercadillo de manera definitiva o al menos eso se desprende tras sondear a los ambulantes. Apuntan como principal inconveniente la lejanía del lugar con respecto al centro y en general, consideran que la ubicación propuesta por el Ayuntamiento no mejora en ningún aspecto la actual.

«Para irnos allí nos quedamos aquí. No tiene sentido irnos aún más lejos. No nos quejamos solo los vendedores, los clientes también se quejan. No encontrarán mejor sitio que donde estaba antes, en Ronda de la Pizarra», apunta Ruiz. Unos metros más allá, a Abraham, Jonás y Sergio tampoco les gusta el terreno del polígono industrial. «Mejor aquí. Aquello está lejísimos y es muy solitario. Si podemos elegir, diremos Ronda de la Pizarra o un lugar cercano. Las Capellanías es un desierto absoluto», cuentan los jóvenes.

Puesto tras puesto, las respuestas se repiten entre los comerciantes. Guillermo Pacheco atendía a una clienta cuando le llegó la noticia de la suspensión de la asamblea. «Pasa el tiempo pero no veo ningún avance. Es lo que quieren desde el Ayuntamiento, ganar tiempo y mientras, que nos quedemos aquí», señala Pacheco, otro de los ambulantes habituales en Vegas del Mocho.

Ayer no acudió mucho público al mercadillo por la amenaza de lluvia. Flor Rodríguez, que paseaba con un ramo de flores y su carrito lleno de productos frescos, se acerca cada miércoles. «Vivo al lado. Para ir a las Capellanías tengo que coger dos autobuses urbanos y desde luego, no me parece un plan apetecible», sostiene. De hecho, en la campaña de recogidas de firmas que emprendieron los ambulantes, recuerda, ella no firmó. «Yo prefiero que se queden aquí, lógicamente», cuenta.

En la misma línea se expresa Fidela Blázquez, vecina del barrio de Mejostilla. «Vengo andando porque está cerquita. No me gusta nada el sitio propuesto y de hecho, ya puedo decir que yo no voy a ir al mercadillo si lo trasladan a las Capellanías», asegura.