Silencio y devoción acompañan al Nazareno

Este año no hubo olor a azahar junto a los naranjos de la Catedral. La invernal y lluviosa primavera privó del aroma sureño a los cientos de personas que esperaban la salida de la procesión del Silencio. Contra pronóstico, la lluvia se alió con el Silencio y dio tregua al Nazareno y la Dolorosa de la Esperanza para que pudieran salir a recorrer las calles de Plasencia. Algo que no llegaron a hacer el año pasado precisamente por causa del agua que cayó.

Lo demás no varió con respecto al tradicional rito procesional: el voto de silencio y la oración justo antes de abrir las puertas principales de la seo, el eco de tambores y cornetas retumbando entre la monumentalidad de las piedras, la gente agolpada a las puertas de la seo esperando a constatar la habilidad y fuerza de la que hacen gala los hermanos de carga para sacar al Nazareno, los devotos esperando para acompañar el paso y las filas de velones y los nuevos faroles de los pasos rompiendo la oscuridad de la incipiente noche.

La procesión de la Cofradía del Silencio acompañada musicalmente por la banda Jesús Cautivo, de Talavera de la Reina, y de la Agrupación Musical Virgen del Puerto, de Plasencia, recorrió las calles del centro con más de 500 cofrades formando parte del cortejo. Este puede ser el último año que hagan la procesión con los tres pasos que procesiona desde hace años: el Nazareno, la Dolorosa de la Esperanza y el Ecce Homo de las Capuchinas. Para el próximo está previsto incorporar al cortejo La Oración en el Huerto que hasta el año pasado salió con la Cofradía del Cristo de la Columna.

El Silencio ha pedido su devolución y acometerá la restauración que precisan las dos imágenes de este conjunto réplica del Salzillo, obra de José Jerique, incorporado en el XIX a la Semana Santa. Con el fin de volver a sacarlo en 2014.