CONOCIENDO A... «Para vestir una Virgen hay que tener mucha tranquilidad, lleva muchos alfileres»

Detrás de cada desfile hay un inmenso trabajo previo: traslado de andas, colocación de flores, limpieza de pasos... Las camareras son las encargadas de vestir las imágenes. Mercedes Sánchez (Linares, 1951) se ocupa desde hace once años de la Virgen de Gracia y Esperanza, de la cofradía de los Andaluces, que sale hoy a la calle. Y Sandra García (Cáceres, 1978) es la responsable de la talla de la Virgen de la Esperanza, de la cofradía de los Ramos, que desfiló el pasado Miércoles Santo. Su labor callada pasa inadvertida para la gran mayoría, pero su trabajo es fundamental en la Pasión cacereña.

«Para vestir una Virgen tienes que tener mucha tranquilidad y mucha paciencia. Lleva muchísimos alfileres», detalla Mercedes mientras Sandra asiente con la cabeza. «Hay que invertir mucho tiempo. Se suelen tardar tres horas», añade. La indumentaria de la Esperanza, detalla Sandra, está compuesta por un vestido interior o enagua, saya, manto, toca de 'sobremanto', fajín y cinturón.

Cuenta Mercedes que, durante las horas que pasa a solas con la imagen, le gusta dirigirle algunas palabras. «Cuando la visto y estoy cerca, hablo con ella y le digo: 'Venga, que te voy a poner guapa'», relata con su gracia andaluza.

Su trabajo, precisan, no se limita a la Semana Santa. «Además de vestir a la Virgen, la camarera se encarga de su decoración y de que todo esté limpio no solo para la procesión, sino también durante el resto del año», concluyen.