¿Qué ha pasado hoy, 14 de marzo, en Extremadura?
La Sagrada Cena volvió a Santo Domingo para buscar cobijo del agua.
PLASENCIA

La lluvia obligó a recogerse a la Sagrada Cena

A.S.O. ANDY SOLÉ

Viernes, 29 de marzo 2013, 22:07

No fue el dorado ocaso de otros Jueves Santo el que recibió ayer a la procesión de la Sagrada Cena en su salida de Santo Domingo pero el tenue gris del nublado atardecer pareció más sereno y luminoso sin la lluvia de los días pasados. Falsa ilusión de un espejismo plomizo que acabó en noche de lluvia hora y media después de haber salido del templo. Todo, pese a que el público respondió en masa, a las 19.30 y aún las 21.00 horas, cuando la lluvia había prendido en el cielo, para ver pasear por la ciudad los monumentales y artísticos pasos de las procesiones de la Sagrada Cena, de la Vera Cruz y de la VOT Dolorosa de la Cruz.

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El paso de la Sagrada Cena recorrió en los hombros de más de 60 hermanos de carga las calles del centro. Seguido del de Nuestra Señora del Amor, con sus damas de mantilla y peineta. Pero solo durante poco más de una hora. Pasadas las 20.30, cuando el desfile subía por la calle de Trujillo a la Plaza Mayor la directiva decidió cubrir las imágenes con plásticos y atajar hacia Santo Domingo por la calle Blanca. La lluvia y la apresurada retirada obligaron a la Vera Cruz a apartar del centro del Santo Domingo sus pasos preparados pasa salir, para hacer sitio a la procesión de la Sagrada Cena que buscaba cobijo del agua. Una situación que, unida a la lluvia, forzó la suspensión definitiva de l desfile de la Vera Cruz y de la VOT de la Dolorosa de la Cruz ante la frustración y desencanto de todos los cofrades y una muchedumbre agolpada afuera haciendo apretado pasillo humano al luminoso cortejo en retirada.

Para 2014 quedan aplazadas la ilusión y los cambios que la Vera Cruz había introducido este año en su desfile. Es el caso de la rescatada figura del muñidor, personaje que con los toques de campana tenía que anunciar el paso del cortejo, precediendo a la cruz de guía, para pedir silencio.

También será la próxima Semana Santa cuando el rediseñado hábito de esta hermandad salga a las calles, ya sin las capas de raso dorado que desaparecen para dejar paso a una vestimenta morada. Para el año que viene quedan guardados intactos los cirios de cera pobre y las recién estrenadas medallas. Para dentro de 12 meses quedan pendientes las ganas.

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