
FRANCISCO JOSÉ NEGRETE
Viernes, 24 de mayo 2013, 02:22
Los vecinos del casco histórico están dispuestos a hacer atractivo su barrio, conocido antiguamente como de la Teta Negra, una vez que el principal reclamo turístico de la villa, el Castillo de Luna, lleva cinco años y medio cerrado. Cada vez hay más habitantes residentes en la Villa Adentro que adornan sus fachadas con macetas, especialmente geranios, con lo que esperan que esta zona intramuros recupere el esplendor perdido ante la casi total ausencia de turistas motivada por la vergonzosa situación de la fortaleza medieval.
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Hace unos años, el extinto Proyecto Pueblo pidió a los alburquerqueños en general que colocaran geranios en las puertas y las ventanas, pero la iniciativa no tuvo éxito, salvo en la calle Cadenas, perteneciente al conjunto histórico-artístico, y otras viviendas aisladas del barrio gótico-judío.
Pero en las últimas semanas, a la vía citada se le ha sumado la calle Vinteños y son cada vez más las casas de otras partes de la Villa Adentro que están colocando macetas con geranios en sus fachadas.
Es su forma de reivindicar el barrio ante la pasividad de las autoridades políticas, que primero despilfarraron 4,5 millones de euros en una inacabada hospedería subterránea, y ahora no acaban de abrir el castillo al turismo.
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