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Madres cacereñas apoyaron el pasado sábado en la piscina de Casar de Cáceres la lactancia. :: CEDIDA
CÁCERES

Amamantar, un acto de protesta

Siete madres apoyan a la mujer a quien se prohibió dar el pecho en la piscina

CRISTINA NÚÑEZ

Martes, 9 de julio 2013, 10:22

Dar el pecho tiene una función biológica innegable: alimentar a la cría es la fundamental, pero también proporcionar lazos de unión emocional, afecto...las madres que amamantan conocen al dedillo un concepto: «a demanda». Significa dar leche materna cuando el bebé quiere. Y a veces quiere en casa, en la intimidad, pero otras en mitad de un paseo, de tiendas o en la piscina. A plena luz del día, con urgencia y sin ningún pudor.

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Siete madres amamantaron el pasado sábado a sus hijos en la piscina pública de Casar de Cáceres como acto de apoyo a Chelo Corvi, una mujer de la localidad vizcaína de Erandio que, cuando estaba dando el pecho a su hijo de seis meses en el borde de la piscina infantil, donde se bañaba su otra hija de cinco años, fue instada a que se retirara de esa zona y que se fuera a amamantar al vestuario. El motivo que le dio el vigilante fue que se podía derramar el líquido, la leche, en el agua. Esta mujer se marchó del recinto deportivo airada por la situación, pero antes puso una queja en la piscina y al cabo de unos días recibió la respuesta por parte de la directora, que le explicó que en el interior de un polideportivo «no se puede dar de comer». Otro de los argumentos que le dieron a la mujer vizcaína fue la posibilidad de que el bebé vomitara y manchara el agua, lo que provocaría una complicación y un gasto al tener que vaciar el vaso para limpiarlo.

La música cacereña Fernanda Valdés, madre de Zoe, de 9 meses, se enteró de lo que le había sucedido a Chelo Corvi y decidió movilizar a un grupo de madres para dar el pecho en una piscina pública y dejar claro que esta actividad puede tener cabida en cualquier sitio, porque no ofende a nadie. Todas ellas han formado parte del programa de estimulación temprana que imparte el fisioterapeuta Pedro Martín en el centro de salud Manuel Encinas. Valdés considera que hay una doble moral con el hecho de sacar el pecho en público.

«Hay centros comerciales en los que te ofrecen irte a una sala de lactancia para dar el pecho, cuando allí mismo puedes ver carteles de publicidad en donde se exhiben pechos femeninos», explica. En todo caso, Valdés cuenta que, salvo un comentario inapropiado y puntual en un bar de Cáceres (no de los dueños sino de un cliente), «siempre que estoy dándole el pecho a mi hija me dicen que es la imagen y la foto más bonita del mundo ver a una mamá amamantando a su bebé y me miran con mucha ternura».

Debate

La noticia sobre el incidente de la piscina que publicó el pasado viernes el diario EL CORREO generó un intenso debate en las redes sociales y un buen número de comentarios en la edición digital de este periódico, en los que se aportan distintos puntos de vista sobre el tema, la mayoría apoyando el derecho de las madres y los lactantes a llevar a cabo esta práctica en lugares públicos, pero también otros en los que se comprende la postura de la piscina y sus prevenciones higiénicas.

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La Organización Mundial de la Salud recomienda alimentar a los bebés con leche materna en exclusiva los primeros seis meses de vida para garantizar su óptimo desarrollo. Después, hasta al menos los dos años, debe complementarse con otros alimentos. La naturaleza tiene sus normas, pero al parecer algunas piscinas también.

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