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Los grupos de Scouts educan a 800 niños en la ciudad
BADAJOZ

Los grupos de Scouts educan a 800 niños en la ciudad

Se reúnen semanalmente durante todo el curso, salen de campamento en verano y realizan tareas sociales ayudando a las ONGs

ALMUDENA BLANCO

Lunes, 12 de agosto 2013, 10:13

¿Quién no ha oído hablar nunca de los niños Scouts? Estos míticos grupos tienen una gran repercusión en muchos de los chicos de Badajoz. Más de 800 chavales pertenecen actualmente a los dos grupos que están asentados en la ciudad: el Movimiento Scout Católico (MSC) y la Asociación de Scouts de España (ASDE). Ambos forman parte de un movimiento que presta una gran labor social y ayuda al crecimiento interior del niño.

Dentro del MSC de Badajoz existen tres focos importantes: Cerro de Reyes, Santo Ángel y Pedro de Valdivia. Este último grupo está localizado en el Gurugú y fue fundado por Ricardo Cabezas hace 50 años. En aquel momento fue animado por dos monjas canadienses que le ayudaron a impulsar la iniciativa. «Al principio estábamos divididos en dos grupos, por una parte los hombres y por otra las mujeres. Con el tiempo decidimos juntar ambos. Fuimos pioneros en hacer esto», explica Ricardo.

El fundador del grupo Pedro de Valdivia también señala que desde el principio han contado con grupos numerosos. «Se animaron muchos jóvenes», destaca.

Con el paso de los años, esta labor ha pasado a manos de su hija, Isabel María Cabezas. Actualmente es la responsable a nivel diocesano del Movimiento Scout Católico.

Esta asociación nacional forma parte de la Iglesia, aunque su labor se centra en impulsar diferentes acciones públicas para ayudar a las personas más necesitadas. «Somos un movimiento nacional en el que llevamos a cabo diferentes labores sociales, entre ellas ayudar en el Centro Hermano para transeúntes, a las Hijas de la Caridad, durante la campaña del kilo y en el comedor social del Gurugú», comenta Isabel María.

Asociación Scout de España

La otra ala Scout de la ciudad es la que representa José Tomás Andrades, responsable de uno de los grupos pertenecientes a ASDE. Esta asociación juvenil lleva vigente en Extremadura desde hace 100 años y cuenta con tres grupos en Badajoz: Santa Teresa 513, Luis de Morales y Al-Basharnal, al cual pertenece este responsable. «Nosotros nos basamos en un movimiento educativo que tiene la intención de crear personas solidarias y respetuosas con el mundo mediante el entretenimiento y la diversión».

Tanto en el MSC como en la ASE, los niños pueden entrar en cualquiera de los grupos a partir de los seis años. En ese momento comienza su formación, que se prolonga hasta los 18 o los 20 años dependiendo de si pertenecen al MSC o ASDE, respectivamente. Luego pueden continuar con su labor como monitor voluntario de un grupo si así lo desean.

Ambas asociaciones cuentan con el apoyo de subvenciones públicas por parte del Ayuntamiento de Badajoz o de la Junta de Extremadura. Los niños que pertenecen al Movimiento Scout Católico pagan una pequeña cuota mensual para el sostenimiento de las actividades. «Si un día queremos organizar una excursión al cine, en vez de pedirle el dinero a sus padres lo vamos cogiendo del dinero que pagan todos los meses», explica Ricardo Cabezas.

En cambio, en la Asociación de Scouts de España tienen que pagar 15 euros que sirven para pagar los diferentes seguros que necesitan los niños. «Los monitores somos voluntarios, no tenemos ningún tipo de retribución económica», explica José Tomás.

Sendos grupos llevan a cabo campamentos y actividades durante las vacaciones. Todos los niños se reúnen para ir de campamento a diferentes lugares de España. «Nos hemos recorrido casi todos los sistemas montañosos de la Península. Este año hemos ido a Sierra de Gredos y los niños disfrutan mucho», añade Ricardo.

Todos estos campamentos se desarrollan en el campo «porque nuestra intención es que los chavales estén en contacto con la naturaleza y la cuiden», defiende José Tomás. Una parte de los campamentos deben pagarla los padres, mientras que la restante es abonada mediante las subvenciones que les conceden.

Los que han probado esta experiencia se quedan para transmitirla a los demás, como es el caso de Isabel María Cabezas. «Le debo mucho a los Scouts», asegura.

Lo mismo le ocurre a José Tomás Andrades: «Pertenecer a este grupo me ha aportado muchísimo. He conocido a grandes amigos y me ha inculcado valores positivos y un espíritu solidario».

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