Daniel Morales corta tres orejas en su alternativa en el coso de Hervás

Con una entrada muy buena en el coso de Hervás, en tarde de temperatura veraniega, se efectuó un festejo que tenía como aliciente que un espada pasaba al grado de matador de toros, en este caso el extremeño Daniel Morales.

La ovación más fuerte, espontánea, sincera y maciza, la consiguió Daniel, cuando recibió los trastos de matar de manos de Emilio de Justo, como padrino y el posterior abrazo de Jairo Miguel, que testificó el acto. Al que siguió el brindis de su primer oponente a su padre. El cariño de los cacereños de Hervás quedo patente.

El joven toricantano mostró arte, torería e inspiración, con toreo cadencioso, lento de manos bajas y trazos curvos, su toreo fue suave con empaque y profundidad. Como durante la tarde estuvo inspirado al máximo, los aficionados de Hervás le concedieron una oreja después de dos intentos y una gran estocada.

En el que cerró plaza, Daniel una firme esperanza, hizo una faena que fue un compendio de inspiración, torería, clase y arte. Larga cambiada, varios lances de recibo, salió muy comprometido, brindó al respetable, llevando un último tercio muy torero, finalizo de media.

El torero Emilio de Justo recibió el trofeo, triunfador del año pasado de manos de Sergio Pérez, alcalde de Hervás. Emilio de Justo torero con el capote, con variedad, ritmo y mucha clase. Salió a saludar al segundo de la tarde con un ramillete de buen gusto. Recibió dos puyazos interminables, mal con los 'Garapullos'. Brindó al empresario Pedrito de Mérida.

En el último tercio demostró con sus dos oponentes, que el toreo lo fundamental es: parar, templar, mandar y cargar la suerte, esto lo hizo el torero de Torrejoncillo. Clasicismo en el toreo no es que más que una personalidad singular dentro de unas normas eternas. Su toreo de arte es el sentimiento transmitido con pasión. Cortar orejas no debe ser el objetivo último del toreo, porque el objetivo primero debe ser transmitir emociones al vencer el miedo. Y como así lo hace, se puede decir que Emilio es un artista, quien no lo hace es simplemente un torero. Se deshizo del primero de dos pinchazos y entera. Se le fueron los trofeos en el cuarto toro. El torero de Torrejoncillo, tanto con la capa como con la muleta, todo lo hizo muy bien. Terminó de estocada sin soltar, y espadazo que hizo guardia. ¡qué pena dos orejas!

Jairo Miguel, estuvo toda la tarde con muchas ganas de agradar al público y a fe que lo logro. Sorteó en tercer lugar, un ejemplar de aceptable clase y transmisión y al que le cuajo series de gran empaque, gusto, largura y temple por ambas manos. Bien a las verónicas, con las manos bajas, tan buenas que las hubiera firmado el mismísimo Curro Puya. Variado en los quites, la cuadrilla muy mal, con la pañosa comenzó en redondos. Seguida de varios adornos. De dos pinchazos. Entrada y descabello. En el quinto, el toro de más peso y codicia, Jairo se portó en todo momento como torero, trabajador y valiente al máximo, en esta ocasión terminó su labor de estocada, y logró una oreja.