¿Qué ha pasado hoy, 7 de abril, en Extremadura?
TOROS

Malestar de los aficionados de Alburquerque por el incumplimento de un cartel

Se cambió todo lo anunciado en el mismo pocas horas antes del festejo por falta de dinero para realizar los pagos profesionales

F. JOSÉ NEGRETE

Jueves, 12 de septiembre 2013, 02:06

Aficionados taurinos salieron abochornados e indignados de la plaza de toros de Alburquerque, muchos de los cuales insistían en que se les debía devolver el dinero, dado que nada de lo que presenciaron, ni los toros, ni los rejoneadores, era lo reflejado en el cartel.

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En el festejo, anunciado para el día 8, figuraban Moura Caetano y Noelia Mota y cuatro novillos-toros de El Cahoso, así como grupos de forcados de Arronches y Azambuja y un concurso de pegas.

Pero, al final, ninguno de los elementos que constituían el cartel se vio en el coso alburquerqueño.

En primer lugar, el día 7, sin anunciarlo a través de los medios de comunicación, se cambió la fecha del día 8 al 10, fiesta local en el pueblo. Posteriormente, en la noche del día 9, ante la exigencia de la ganadería de El Cahoso de que se abonara el precio de los toros, se contrataron en otra ganadería jienense (becerros), de dos años, cuyo precio es menor. Ese mismo día, Noelia Mota se caía del cartel y todo hacía presagiar el desastre para la jornada siguiente.

Llegó el gran día y por la mañana aún faltaban documentos y permisos pertinentes para desarrollar el festejo, de hecho la «corrida» fue autorizada finalmente a las 14:10 horas de ese mismo día.

Los becerros tuvieron que aguantar horas en el camión en la puerta de la plaza porque no se tenía la seguridad de que se iba a celebrar el evento. Mientras, el apoderado de Moura Caetano esperaba desde las 10,30 de la mañana que se le abonara la cantidad estipulada por la faena, pero a las 14:00 horas, en vista de que ni siquiera se presentaba el empresario que regenta la plaza, optaron por marcharse a Badajoz. Lo mismo hicieron dos forcados portugueses que temían, al igual que el resto, no cobrar lo acordado por su trabajo.

Únicamente hacía acto de presencia una concejala del grupo de gobierno local, quien trató inútilmente de convencer a los protagonistas del festejo de que iban a cobrar su dinero.

Ante esta situación, sin apenas tiempo, se buscó a dos sustitutos: Oscar Mota (hermano de la rejoneadora prevista en el cartel) y Ribeiro Telles.

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El público se sorprendió al ver salir la primera «vaquilla» y comenzaron los silbidos y las protestas, además de las risas por la «charlotada» que estaban contemplando. Uno de los becerros salió cojo y, cuando se pidió el sobrero, el mayoral presente en la plaza, comentó que no saldría si no le pagaban antes. Al final se solucionó y se lidió el quinto eral.

Además, mientras el público esperaba contemplar al menos algo de lo reflejado en el cartel, ni aparecieron los forcados ni se celebró el concurso de pegas.

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