CELIA GUERRA
Viernes, 13 de septiembre 2013, 11:48
Circular por las rotondas en Cáceres ya no es tan aburrido gracias a Novaforma. Aunque algunas de estas isletas están de por sí llenas de árboles y flores, ahora lucirán unas obras de arte bastante peculiares. El espacio que antes solo distribuía el tráfico ahora se convierte en una singular sala de exposición. La estatua ecuestre de Hernán Cortés está acompañada desde ayer por una simpática amiga con la que competirá por ser el centro de atención. Una enorme jirafa 'vigila' a todos los cacereños que pasean por esta zona. Cuatro metros de aglomerado de madera y algunos litros de pintura acrílica dan vida al animal de cuello largo. En su pelaje, los nombres de todos los artistas que han ayudado a crear esta exposición distinta y llena de simbolismo.
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Son aproximadamente unas 120 personas. Monitores y miembros de la asociación, tanto del centro ocupacional como del centro de día, se han convertido en escultores y pintores durante unos nueve meses. Su misión comenzó el año pasado, cuando el colectivo intentó que su camino hacia la integración estuviera marcado por las rotondas que le llevaban desde su sede en Las Capellanías hasta la ciudad. En realidad, este es el objetivo principal de Novaforma. Pretenden la integración y promoción profesional, laboral y social de las personas con déficit psíquicos y psicosensoriales.
En esta ocasión, llegan y se instalan de pleno en la ciudad. Velocidad, espacio y tiempo son las claves de la temática de la nueva exposición. En total son ocho rotondas que jugarán con estos elementos para crear lo que según Beatriz Maeso, coordinadora de la iniciativa, serán otras tantas salas de arte.
Salas de arte
En la primera de ellas, en Ruta de la Plata, se rinde tributo a Kandinsky. Quieren reflejar el movimiento a través de formas abstractas. En la segunda 'sala', también en la Avenida Ruta de la Plata, se materializa la llegada a Cáceres con una reproducción de la ciudad amurallada. Para todos los que prosigan su ruta, por la carretera de Valencia de Alcántara, un circuito de coches de Fórmula 1 les recordará que ante la quietud y la pasividad, está el movimiento y la velocidad de un mundo en el que la competición determina los ganadores y perdedores de la sociedad. Tras coger la velocidad precisa, se llega a lo que para los artistas es su ciudad imaginada: muchas flores y varios arcoiris.
En la rotonda próxima a Carrefour, varios tendederos con ropa interior y un pavo real que representan la importancia de la personalidad frente a los estereotipos y prejuicios. Los personajes de la fábula de la liebre y la tortuga presiden la sexta sala de arte. En la vida, unos avanzan más lentos que otros y desde Novaforma se pide respeto y comprensión a los que adoptan maneras distintas de desplazarse.
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En la penúltima de las rotondas en la Avenida de la Hispanidad se puede ver la metamorfosis de un gusano y relojes que marcan el tiempo y dictaminan el ritmo. La meta y el eje de la exposición es la jirafa de Hernán Cortés.
La clausura de esta muestra se la ceden al transcurrir de los meses. El paso de los días borrarán los relojes, los arcoiris, el tendedero y la jirafa, sin embargo, desde Novaforma esperan que sus creaciones dejen huella en la ciudad.
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