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Algunos bancos no tienen tabla de asiento. :: C. M.
BADAJOZ

Destrozan diversos merenderos y barbacoas del parque de Tres Arroyos

El mal uso de las instalaciones de este espacio y el vandalismo han deteriorado muchos elementos destinados al ocio de los usuarios

TANIA AGÚNDEZ

Lunes, 7 de octubre 2013, 13:48

Tres Arroyos está herido. Este parque, ubicado en el término municipal de Badajoz en dirección a Corte de Peleas, registra desde hace tiempo numerosos desperfectos. El mal uso de las instalaciones que alberga este espacio y el vandalismo han deteriorado diversos elementos destinados al ocio y recreo de los usuarios, como los bancos, merenderos o las barbacoas, entre otras cosas.

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Muchas de estas piezas se han ido estropeando por el uso que los ciudadanos hacen de las mismas y el paso del tiempo. Sin embargo, el aspecto que presentan otras tantas deja entrever que han sido destrozadas mediante la fuerza.

Algunos merenderos repartidos por todo el parque han sufrido daños muy violentos y agresivos. A varios de ellos les faltan los asientos y a otros las tablas de las mesas. Los bancos que hay distribuidos por este espacio verde también cuentan con algunos desperfectos.

Nada más entrar al parque, el panel informativo con el que se topa el usuario se exhibe pintado y lleno de grafitis. Con dificultad se pueden consultar los datos que ofrece sobre este recinto como el mapa de situación o la ubicación de los miradores e instalaciones que hay en el lugar: juegos infantiles, la ermita de San Isidro o los senderos deportivos, entre otros. Por este área hay instalados varios tablones explicativos y muchos de ellos permanecen desde hace tiempo sin los carteles que recogen la información del lugar. Dos ejemplos de este hecho son los letreros que están situados junto a los juegos infantiles y en la zona de las barbacoas.

Las señales verticales colocadas junto a los aparcamientos en distintos puntos del parque también están pintadas. Varios de los cercos que limitan estas zonas de estacionamiento también han sido dañados. De hecho, a algunos les faltan los troncos de madera con los que están hechos.

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Los espacios reservados para las barbacoas son los que se han llevado la peor parte. El gamberrismo se ha cebado con los emplazamientos que se utilizan como parrillas.

Aunque de junio a octubre está prohibido hacer hogueras y barbacoas, el resto del año los ciudadanos que se acercan a este parque disponen de unas instalaciones que funcionan como parrillas. En el recinto hay levantados multitud de bloques destinados a este fin, y cada bloque tiene 6 compartimentos para encender fuego. Muchas de estas piezas están inservibles. Han sido reventadas de una manera agresiva. Los ladrillos y piedras con las que estaban construidos estos elementos se encuentran tirados y repartidos por el suelo de la dehesa.

A diario gran cantidad de vecinos de Badajoz y urbanizaciones próximas se acercan a este parque para disfrutar de la naturaleza. De 8 a 22 horas, horario en el que el recinto permanece abierto al público, los pacenses aprovechan para caminar, pasear con su mascota, correr o montar en bicicleta. Aunque a estos usuarios no les influyan de manera directa los destrozos que registra Tres Arroyos, la mayoría coincide en que perjudica a su imagen. «Es una pena verlo así, porque son cosas públicas que se utilizan por muchos ciudadanos», apuntan varias personas que frecuentan la zona.

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Ana Cordero, presidenta de la Hermandad de San Isidro, conoce la situación muy de cerca. Sostiene que algunos de los destrozos los originan los propios usuarios que visitan el parque. «A partir de marzo y abril muchas familias acuden a este espacio a disfrutar de los días de campo. El mismo uso puede hacer que las cosas se rompan, pero no creo yo que los que utilizan las barbacoas y los merenderos sean los que los destruyan de esta manera tan agresiva porque se perjudican a ellos mismos», manifiesta. Cordero considera que la mayoría de los estropicios que se contabilizan son producidos por actos vandálicos. «Sin ir más lejos, me comentó el ermitaño que hace unos días varias personas intentaron entrar en la ermita. Quisieron saltar por las alambradas alrededor de las 2 de la mañana. Gracias a que los perros comenzaron a ladrar, el ermitaño se dio cuenta y salió para evitar mayores daños», asegura.

Explica que cuando se aproxima la fecha de la celebración de la romería de San Isidro -tercer domingo de mayo- son los miembros de la Hermandad los que se acercan a este espacio para comprobar en qué estado se encuentra. «Avisamos al Ayuntamiento si los elementos están muy mal», señala.

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