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«Empiezan a caerme papeles de abuela»
SOCIEDAD

«Empiezan a caerme papeles de abuela»

Elvira Mínguez es la madre de Sira en 'El tiempo entre costuras' (Antena 3): «Adriana Ugarte es brillante. Todos los lunes nos intercambiamos mensajes de WhatsApp y comentamos la serie»

YOLANDA VEIGA

Lunes, 25 de noviembre 2013, 10:46

Elvira Mínguez (Valladolid, 1965) ha modelado a una Dolores distinta a la que ideó María Dueñas en 'El tiempo entre costuras' (los lunes a las 22.40 horas en Antena 3). Y la ha hecho más dura. Con ella misma y con su hija Sira. «Muchas mujeres se acercan y me dicen que se ven reflejadas».

- ¿Entiende tanto resentimiento hacia Sira?

- Absolutamente. Me interesaba mostrar esa parte de la maternidad, porque no todo es de color de rosa. Dolores ha crecido en base a un orgullo que le ha hecho salir adelante y se convierte en una mujer muy dura. No es precisamente un dechado de virtudes, ni una mujer cariñosa. Con Sira llega a ser controladora.

- Se hizo rogar el abrazo con su hija en Marruecos.

- En la novela madre e hija se encuentran, hay besos y abrazos. Dolores llega derrotada, ha perdido peso porque ha pasado mucha hambre. Yo no me podía meter una dieta de tres narices y, además, me interesaba más contar esa derrota no tanto desde la parte física como desde la emocional. Por eso el encuentro con Sira en la serie es un encuentro desde la vergüenza, desde el saberse derrotada, de ahí que haya menos abrazos que en el libro. En el primer capítulo Dolores se presentaba como una mujer altiva que camina por delante de Sira, ahora va detrás.

- Envejecida con el maquillaje... ¿cómo se vio?

- ¡No me vi tan cambiada! Además, ese mechón blanco me encanta. Me pusieron un vestido dos tallas más grande para que luciera desgarbada.

- Sira regresa a Madrid. ¿Va a ser más duro para su madre perderla por segunda vez?

- No, porque Dolores ya ha aceptado que tiene delante a una mujer y se siente orgullosa de su hija. Va a ser una pérdida solo física, ya que el vínculo que se ha creado entre las dos tiene más fuerza.

- Y entre Adriana Ugarte y usted, ¿se ha creado ese vínculo?

- No la conocía personalmente, pero trabajar con ella ha sido sencillísimo. Adriana es una mujer brillante, inteligente, con un sentido del humor alucinante. Nos llamaban la atención porque hasta en las secuencias más dramáticas nos reíamos. Seguimos en contacto, ayer mismo hablé con ella.

- ¿Y qué se cuentan?

- Los lunes, durante la emisión de la serie, nos comunicamos mucho por WhatsApp, recordamos chorradas del rodaje...

«Mi hijo, al margen»

- ¿Cómo era su madre?

- Una madre al uso. Nací en Valladolid, en un barrio medio. Mis padres lo intentaron hacer lo mejor que pudieron. Mi madre era cariñosa, pero también fuerte y aguerrida. La relación entre padres e hijos antes era distinta. Había una distancia mayor.

- Y usted, ¿qué tipo de madre es?

- Yo tengo un cachorrillo de cuatro años y me cuesta poner los límites necesarios. Más que mi parte adulta, él saca a la niña que hay en mí. Me encanta gatear con él.

- ¿La ve por la tele?

- No. Trato de mantenerle al margen de todo. Esta mañana un niño del cole le ha dicho que me ha visto por televisión, pero enseguida he cambiado de tema. Cuando voy a recogerle, hago un gesto con la cabeza a los demás padres para que no comenten nada. El colegio es su ámbito, el protagonista allí es solo él.

- Un momento del rodaje...

- Yo soy carne de rodaje. Me encanta madrugar e ir a verlo, aunque no me toque actuar a mí. Me vienen a la cabeza algunos momentos compartiendo un bocadillo con los compañeros, sentados en una calle de Marruecos.

- La serie ha sido un exitazo. ¿Cuánto le ha 'tocado' a usted?

- Se me acercan muchas señoras que se sienten absolutamente reflejadas en el papel de Dolores.

- ¿Las actrices maduras se encuentran las puertas cerradas?

- Ocurre. Normalmente los personajes de mujeres de 30 años, los hacen las de 20. Y los de 40, las de 30. Los de 50 no se escriben porque, paradójicamente, la sociedad ha envejecido, pero se hacen productos enfocados a los jóvenes. La franja entre 40 y 60 años no interesa, la madurez no está bien vista. Pero yo abogo por las arrugas, pido a los fotógrafos que no me metan Photoshop y me cuido las canas. Los papeles de mujeres de 60 los hacen las de 50, así que ya me empiezan a caer abuelas.

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