REDACCIÓN
Miércoles, 18 de diciembre 2013, 09:51
El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Cáceres ha declarado nulos tres contratos de adquisición de deuda subordinada, realizados en los años 2009 y 2010 por Caja Extremadura (hoy Liberbank) con un agricultor jubilado, de un pueblo de la provincia de Cáceres, que en la actualidad tiene 94 años.
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Según Ignacio Macías, abogado del anciano, este tiene problemas de vista, pese a lo cual firmó tres contratos de deuda subordinada creyendo que eran depósitos de renta fija, y confiando plenamente en el director de la oficina de Caja Extremadura al que conocía desde hacía muchos años. Se le entregó como justificante de las operaciones una cartilla de renta fija en cuyo interior estaba escrito a mano «deuda subordinada 100.000 euros».
Nunca se le realizó un test Mifid, alegando la Caja en el juicio que era innecesario por ser el cliente un «experto inversor».
El juez entiende, sin embargo, que «concurrió en el consentimiento prestado por el demandante error esencial y excusable, imputable a la entidad demandada, al vulnerarse el deber de información».
En abril de 2013 los ahorros del anciano fueron convertidos por el FROB en acciones de Liberbank, sufriendo además una quita. La sentencia condena a Liberbank al pago de las costas.
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