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Los agricultores extremeños podrán seguir quemando los restos de poda en sus fincas. El desarrollo de esta práctica, muy tradicional en el sector primario de ... la región, ha estado en duda desde la entrada en vigor de la ley de la Unión Europea que regula el sistema de gestión de la Política Agrícola Común.
Hace varios años que desde Europa se pretende acabar con este sistema para eliminar los residuos vegetales. La idea que está detrás es la de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Así, en una de sus últimas modificaciones legislativas ya se recoge que, con carácter general, las quemas están prohibidas. «No está permitida la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario o silvícola», se puede leer en la ley europea de residuos y suelos contaminados.
Sin embargo, ya en ese texto se abre la puerta a una exención para las explotaciones familiares, que son mayoritarias en el sector agrario extremeño. «Las pequeñas y las microexplotaciones agrarias quedan dispensadas de esta regulación», reza el mismo texto legislativo.
Ahora la Consejería de Agricultura extremeña ha detallado las características que definen a las explotaciones que no deberán cumplir con esa norma. Se consideran pequeñas las que ocupan a menos de 50 personas y cuyo volumen de negocio anual no supera los diez millones de euros; mientras que las microexplotaciones deben emplear a menos de diez trabajadores y no superar los dos millones de euros en su balance económico anual. Es decir, la inmensa mayoría de las explotaciones de la región podrán seguir realizando las quemas tal y como lo venían haciendo hasta ahora. «No precisando, por tanto, de autorización para la quema de residuos vegetales», se puede leer en la orden aprobada en Extremadura.
Por otro lado, la legislación europea también indica que las quemas solo podrán efectuarse «cuando cuenten con la correspondiente autorización del órgano competente de las comunidades autónomas». En esos casos, el permiso deberá concederse por dos razones: imposibilidad de aplicar fitosanitarios o prevenir incendios forestales.
Así, la Consejería de Agricultura extremeña autoriza las quemas que se vayan a realizar por estos motivos mencionados durante la época de riesgo bajo de incendio (que se extienden habitualmente en la región entre octubre y mayo). Así se recoge en la modificación de la orden que declara la época de riesgo bajo de incendios y que se publicó en el DOE (Diario Oficial de Extremadura) a finales de enero.
Eso sí, los agricultores deberán firmar una declaración responsable –también las pequeñas y las microexplotaciones– antes de efectuar la quema de residuos vegetales. En ese documento se especificará si la quema se efectúa por motivos fitosanitarios o para prevenir los incendios.
Si el motivo es el primero, el titular de la explotación tendrá que estar en posesión de un informe técnico –emitido por un asesor en gestión integrada de plagas– en el que se detalle qué plaga presenta, a cuánta superficie afecta y por qué no se puede actuar contra ella con fitosanitarios.
La orden de Agricultura también indica qué cultivos se pueden acoger a la excepcionalidad para mantener las quemas por razones fitosanitarias y para qué tipos de plagas.
De este modo se podrán realizar las quemas en el melocotón, nectarina, ciruelo, cerezo, almendro y albaricoquero (todos ellos de la familia prunus); en el peral, manzano y membrillero (considerados frutales de pepita), y olivo, alcornoque, encina, tomate y los hortícolas. Entre las plagas se relacionan la podredumbre blanca de raíz, el momificado de frutos, el chacro de los ramos, los barrenillos o el gusano cabezudo para el caso de los prunus; el fuego bacteriano para los frutales de pepita; la verticilosis y el barrenillo para el olivo; el chancro en el caso del alcornoque y la encina; el virus bronceado y el de la cuchara para los cultivos hortícolas, y el clavibacter para el tomate.
Por último, los residuos vegetales que se pueden quemar para prevenir los incendios forestales son aquellos que proceden de las cortas de arbolado, entresacas, clareos, claras, podas, desbroces, selección de brotes y, por supuesto, de los trabajos de prevención de incendios.
Sí se prohíbe –también a las pequeñas explotaciones y a las microexplotaciones– la quema de residuos vegetales que no hayan sido generados en la explotación del firmante de la declaración responsable y la quema de rastrojos agrícolas. Para esta última se requerirá una autorización individual y expresamente por motivos fitosanitarios.
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