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ESTRELLA DOMEQUE
Viernes, 1 de octubre 2021, 08:47
Más de 2.000 kilómetros separan el polígono industrial San Isidro, de Don Benito, de uno de los supermercados más céntricos de la cadena Lidl en la ciudad alemana de Múnich. Es el recorrido que realizan los pepinos snack cultivados en el invernadero de Finca Boyal hasta una de las vitrinas de los supermercados de Alemania, país que recibe más del 60% de la producción de esta empresa dombenitense. La particularidad de este pepino es su tamaño, apenas supera de media los 40 gramos, y su sabor, más suave que el pepino tradicional.
«El mercado que tenemos principalmente es Alemania, entre el 60 y el 65% de la producción va hacia allí a través de Lidl. El resto, un 35-40%, va para Holanda y también en un porcentaje menor llega a otros países como Finlandia, Bélgica, Suecia o Bulgaria», explica Antonio Domínguez, encargado de control biológico, riego y clima en Finca Boyal. Un producto que, sin embargo, no ha encontrado su hueco en la gastronomía española después de un intento fallido hace cinco años. «Parece que no es del gusto de los españoles y no funcionó», argumenta Domínguez sobre este producto que en este invernadero alcanza una producción de 3.000 toneladas al año.
Con una superficie superior a los 97.000 metros cuadrados, Finca Boyal alberga en su interior todo lo necesario para hacer que el producto llegue desde el invernadero al supermercado sin intermediarios. En concreto, la zona de invernadero dispone actualmente de más de ocho hectáreas para el cultivo del pepino snack y alrededor de 1,5 hectáreas reservadas para un pimiento también snack y bastante dulce que se encuentra en estos momentos en el inicio de la floración. Es un invernadero tipo venlo u holandés. «El más avanzado porque se basa en una estructura de cristal con soportes de acero y con muchísima tecnología. Todo está centralizado y regido por ordenadores, sensores... Así, el riego, control de clima, calefacción y ventilación está controlado por ordenador». Con un pasillo central de más de 600 metros, no sorprende ver a trabajadores recorrer esa distancia en bicicleta.
En otra de las naves se encuentra la zona de embalaje donde tecnología y trabajadores se complementan para la selección, pesaje y embalaje de un producto que termina en los palés que ponen rumbo directo al supermercado, de Don Benito a Europa.
El ajetreo es constante en cualquiera de los puntos, no obstante, a nivel nacional es, probablemente, la mayor productora de este pepino. Una producción que no se ha visto afectada en los meses más complicados de la pandemia en los que pudieron seguir trabajando con relativa normalidad, aunque adaptándose a la normativa sanitaria.
La actividad de la empresa llega a generar un pico de alrededor de 200 trabajadores, sobre todo en el inicio de los ciclos, además de en primavera y verano, aunque de manera habitual superan el centenar de trabajadores durante todo el año. La temporada arrancó a finales de agosto y esta plantación se extenderá hasta diciembre para continuar con un segundo ciclo hasta marzo y, a partir de ahí, seguir con un tercer ciclo hasta finales de julio. Aunque el número de ciclos definitivo depende también de la demanda del mercado.
Según explica Domínguez, se trata de un cultivo bastante complicado y con poca superficie en España, lo que les da una ventaja en el mercado, si bien entre las desventajas destaca la necesidad de mucha mano de obra y que es una planta muy activa que crece muy rápidamente, pudiendo superar los diez metros.
Junto al pepino snack, el invernadero alberga también centenares de plantas de pimiento snack que en este caso producen de manera exclusiva para Lidl. Dos apuestas que ponen rumbo a Europa donde estos productos se venden como una forma de incentivar el consumo de vegetales, sobre todo para los más pequeños, de ahí también el tamaño y el embalaje del producto que, al principio, venía con dibujos.
Pero si hay algo que hace que este producto se haya asentado en este invernadero es que el mercado sea favorable, en este caso, con un producto para el que se fija el precio antes de iniciar la producción y se mantiene fijo ya a lo largo de todo el año.
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