¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Mayores siendo trasladados a otros centros. Brígido

Trasladan entre lágrimas a los mayores de la residencia que cerrará en Almendralejo

Crece la indignación entre las familias y los 113 trabajadores del centro y del hospital de enfermos crónicos, que piden una solución

gloria casares

Martes, 1 de diciembre 2020, 11:53

Este martes, a la misma hora que los representantes de los trabajadores del hospital, el centro de mayores y el servicio de ayuda a domicilio ... de San Juan de Dios de Almendralejo se reunían con la empresa para determinar las condiciones del despido colectivo que afecta a 113 personas, el alcalde, José María Ramírez, se reunía en Mérida con altos cargos de la Junta de Extremadura para intentar buscar una solución.

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Pero en la entrada principal del parque de la Piedad se vivía otra escena diferente. Una decena de mayores de la residencia eran trasladados en una furgoneta adaptada a otros centros. La residencia de Las Mercedes cuenta con 58 usuarios y los 31 derivados por el Servicio Extremeño de Protección y Atención a la Dependencia (Sepad) ya están siendo trasladados a otros centros públicos y privados concertados. Para el resto, son sus familiares los que deben buscar una alternativa.

Allí sólo se veían lágrimas. Las de trabajadores –algunos han estado hasta 42 años en la residencia– y la de las familias. Los residentes no lloraban, más bien parecían no entender por qué los trasladaban en sillas de ruedas y los sacaban de la que ha sido su casa durante años. Algunos no comprendían los saludos de los trabajadores que salieron a la puerta a despedirles. «Esto es del pueblo. Nosotros, los trabajadores, no podemos hacer nada», decía un auxiliar que lleva seis años en la residencia.

«Somos cien personas que vamos a la calle. Yo soy joven, pero aquí hay gente que lleva 30 o 40 años trabajando y a esa edad es imposible encontrar trabajo, más con la pandemia», se lamentaba uno de los trabajadores del centro sociosanitario.

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Junto a él lloraba sin consuelo Josefa González Delgado. «No como, no duermo, no hago más que llorar, no sé qué voy a hacer con mi hermana. Llevo así una semana».

Esa semana es la que ha transcurrido desde que se conoció que los dos centros, el hospital de media y larga estancia concertado con el SES y la residencia, cerrarán en cuestión de días, después de que se hayan roto las negociaciones entre un operador interesado y la Junta de Extremadura para una posible continuidad de los servicios que deja la Orden de San Juan de Dios, gestora durante los últimos diez años.

Brígido

Josefa tenía dos hermanas en la residencia, ambas compartían habitación. La mayor, que llevaba 20 años ingresada, fue una de las personas trasladadas al centro de mayores de Comser en Almendralejo. Allí ocupará una de las veinte plazas que tienen concertadas con el Sepad.

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La otra hermana, Ángela, lleva año y medio esperando que contesten a su solicitud para acogerse a la ley de dependencia. «A ver si al menos me contestan algo. Si la aprueban, le buscarán otra residencia, pero si no yo no tengo dinero para pagarle una privada y en casa no la puedo tener, porque ya se le ha ido un poco la cabeza y ahora se ha puesto peor. Ya no conoce a mis sobrinos». «Esto es para morirse de pena».

A dos pasos, Rosa, que lleva doce años trabajando en la residencia clamaba, «somos el único centro que no ha tenido casos de covid-19 en Extremadura. Y eso es por algo». Rosa también ha trabajado en el hospital, donde ahora hay 46 personas empleadas.

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Con lágrimas en los ojos, Rosa no sabe qué ha fallado. «Yo digo que habrá habido un mal entendimiento por ambas partes».

Desde junio sabían que su final era incierto pues se confirmó que la Orden de San Juan de Dios se marchaba de Almendralejo, pero las negociaciones con un nuevo operador interesado les daban ánimo. «Desde el Ayuntamiento nos dieron esperanza, pero nos han engañado y nos hemos dado cuenta muy tarde».

Junto a las lágrimas de unos, otros expresaban su indignación. «Nos han dicho siempre que nos iban a subrogar y que esto no se cerraba. Y en una semana nos dicen que se cierra y nos vamos a la calle», dice Clara, que lleva seis años como terapeuta.

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La Fundación San Juan de Dios Extremadura también cuenta con el servicio de ayuda a domicilio, encomendado por el Ayuntamiento, que continuará, por lo que ahora se estudia una figura jurídica para que los 22 trabajadores continúen, y se pretende que también siga funcionando el economato social gestionado por voluntarios.

Negocian el despido colectivo de los 113 trabajadores

Hace sólo una semana que se formó la mesa de negociación para el proceso del despido colectivo que afectará a 113 trabajadores. Ayer, la Fundación San Juan de Dios Extremadura mantenía la primera de las reuniones para acordar las condiciones. La representante de los trabajadores, María Ángeles García Castañón, confirmó que se están dando los primeros pasos. No hay sindicatos representados, aunque les ofrecerán asesoramiento.

Ahora hay 84 trabajadores (algunos están en excedencia o de baja). Algunos tienen una antigüedad de 42 años, mientras que los últimos entraron hace poco más de uno.

La plantilla difundió ayer un comunicado en el que indicaba que «el recorte asistencial será considerable y eso lo perderemos todos», e invitaba a los ciudadanos a proponer iniciativas para «revertir la situación».

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