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El juicio contra los acusados del doble crimen de Zafra empieza hoy

El juicio contra los acusados del doble crimen de Zafra empieza hoy

La Fiscalía pide 39 años de prisión para los dos hermanos detenidos por disparar a Manuel Borrallo y a su sobrina Verónica, que estaba embarazada

Evaristo Fernandez

Domingo, 8 de marzo 2015, 08:40

La Audiencia Provincial de Badajoz juzgará a partir de hoy lunes a los dos hermanos que están acusados de asesinar en febrero de 2012 a un empresario de Zafra y a su sobrina, un crimen en el que también habría colaborado como cooperador necesario el cuñado de uno de los asesinos.

El juicio será largo y en él tendrán un papel protagonista los ciudadanos que han sido seleccionados en sorteo para formar parte del jurado popular que deberá decidir si los detenidos por estos hechos son culpables de las muertes o por el contrario son inocentes.

En ese juicio están personadas varias partes pero será fundamental la postura del Ministerio Fiscal, que en su escrito de acusación explica que el origen de ese grave delito podría estar en las relaciones comerciales que había mantenido el acusado Salvador José B. C., de 47 años de edad, con el empresario segedano del sector del transporte Manuel Borrallo Hidalgo.

La operación que pudo desencadenar el conflicto fue la compraventa de un camión, trato que provocó un desacuerdo entre ambos. Por esta razón, Salvador José habría entablado varias conversaciones telefónicas con el empresario de Zafra, localidad a la que se desplazó los días 2 y 16 de febrero de 2012.

La Fiscalía ha constatado que, al menos en la segunda visita, Salvador José estuvo acompañado por su hermano Francisco Javier, quien también está acusado de la comisión del doble del doble asesinato.

Cinco días después de la segunda visita, Manuel Borrallo denunció a Salvador José por haber efectuado facturaciones falsas a nombre de una empresa que era propiedad del empresario de Zafra. Seis días más tarde, Salvador José volvió a desplazarse a Zafra junto a su hermano Francisco Javier, de 45 años de edad, que también habría sido conocedor del conflicto existente.

La víspera de los asesinatos, ambos se hicieron con una pistola corta semiautomática del calibre 7,65 mm. Browning o 32 auto. Para ello, se entrevistaron con un cuñado de Francisco Javier que les habría facilitado un arma previamente cargada con cartuchos metálicos con proyectil listos para ser disparados.

La persona que está acusada de facilitarles el arma es José Antonio V. G., un hombre de 45 años de edad que en el año 1996 fue encontrado culpable de un asesinato por el que le impusieron una pena de 28 años de prisión.

Una vez conseguida el arma, Salvador y Francisco Javier llegaron a Zafra y se dirigieron a la nave de Manuel Borrallo, que estaba en el polígono industrial Los Caños. Allí se encontraban las oficinas de la Operadora de Transportes Manuel Borrallo S.L., en cuyo interior se encontraba ese día Verónica Gordillo, una sobrina del empresario que trabajaba en la empresa de su tío. La Fiscalía cree que la mujer les facilitó la entrada porque ya conocía a los visitantes.

El escrito de acusación recoge que los asesinos arrinconaron al empresario y a la joven en la oficina y les obligaron a arrodillarse antes de producirse los disparos. «Uno de ellos disparó el arma contra las víctimas a muy corta distancia de las mismas», añade la Fiscalía.

La acusación habla de los cuatro impactos que recibió el empresario, el primero de ellos tras introducirle uno de los asesinos la pistola en la boca. La Fiscalía también cuenta que los delincuentes dispararon dos veces contra la mujer «aún a sabiendas de su estado de gestación». Uno de los proyectiles le atravesó el corazón y su muerte fue inmediata.

El escrito de acusación revela que la mujer estaba embarazada de cuatro meses y tenía en su seno un feto de sexo masculino que no presentaba anomalías y era perfectamente viable, «por lo que, al fallecer Verónica, también lo hizo la criatura que gestaba como consecuencia necesaria de la muerte de la madre».

Perpetrados los crímenes, Salvador José y Francisco Javier habrían huido del escenario para regresar a sus respectivas localidades de residencia en Requena y Alzira (Valencia), donde devolvieron el arma a José Antonio V. G., quien se deshizo de la pistola por indicación de su cuñado Francisco Javier. Esta circunstancia ha hecho que el arma no haya podido ser localizada.

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