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Al hermano, manchado de sangre: "¿Qué has hecho? Me has desgraciado la vida"

Al hermano, manchado de sangre: "¿Qué has hecho? Me has desgraciado la vida"

José Antonio V. G. afirma que el arma que se utilizó era de su propiedad y que se la entregó al hombre que se ha confesado responsable único de las muertes

Evaristo Fernandez

Miércoles, 11 de marzo 2015, 00:35

El hombre que está acusado de haber facilitado el arma empleada en el doble crimen de Zafra reconoció ayer que fue él quien le entregó a Salvador la pistola con la que fueron realizados los disparos que provocaron la muerte de Manuel Borrallo y su sobrina Verónica Gordillo, que fue tiroteada cuando llevaba en su seno un varón de cuatro meses. José Antonio V. G. es vecino de Alcira (Valencia), la misma localidad en la que residía Francisco Javier B. C., que es hermano de Salvador, el hombre que confesó ser el responsable único de las muertes.

En su declaración de ayer, José Antonio explicó que durante más de veinte años cumplió condena por asesinar a un hombre en 1996. Finalmente fue puesto en libertad, pero sintió el temor de que los familiares del hombre al que quitó la vida pudieran vengarse. Esa sería la razón por la que se hizo con la pistola del calibre 7,65 que habría utilizado Salvador en Zafra.

José Antonio reconoce que la víspera del crimen recibió la visita de Salvador y Francisco Javier. Salvador vivía en Requena (Valencia) y viajó a Alcira para recoger a su hermano, pero antes se acercaron a la casa de José Antonio.

Francisco Javier asegura que él no tenía conocimiento de que su hermano quería esa pistola y José Antonio declaró ayer que Francisco Javier no estaba presente cuando Salvador le pidió el arma ni tampoco cuando se la devolvió tras cometerse el crimen. El dueño de la pistola contó que Salvador le dijo la víspera del viaje a Zafra que tenía en su poder una caja de munición del calibre 7,65 y necesitaba la pistola para probarla «y ganar un dinero». «No me hizo mucha gracia y le advertí que la pistola no era un juguete».

Tras escuchar esas explicaciones, la fiscal le recordó a José Antonio que en el juzgado afirmó que fue Francisco Javier, y no Salvador, quien le pidió la pistola. Su respuesta fue que en aquel momento dijo eso porque estaba «influido por una persona» de la que no quiere hablar.

No estuvo presente

Además de José Antonio, ayer también declaró Francisco Javier B. C., quien volvió a insistir en que no estaba presente cuando su hermano causó las muertes. Añadió que nunca pudo imaginar que su hermano iba a actuar de ese modo. «Estuvo en la nave 15 ó 20 minutos y cuando volvió lo vi manchado de sangre. Entonces le dije: ¿Qué has hecho? Me has desgraciado la vida. Llévame a casa, haz lo que quieras con tu vida y olvídate de mí».

Francisco Javier explicó que cuando llegaron a Zafra, tanto él como su hermano Salvador se bajaron del coche y se dirigieron a la puerta de la nave. Entonces habría salido a abrirles Verónica, pero en el momento de entrar, él prefirió quedarse fuera. «Cómo voy a oír los disparos si estaba a 60 metros de la puerta, dentro del coche y con la música puesta».

«No entré porque son asuntos de mi hermano», insistió. «¿Entonces por qué en las diligencias de reconstrucción dijo que su hermano le pidió que se pusiera un pasamontañas y unos guantes?», le preguntó la fiscal. «No lo sé», respondió Francisco Javier.

Antes de dar esa respuesta, Francisco Javier relató que en el coche en el que se desplazaron a Zafra viajó también Rafael F. M., un vecino suyo. Sin embargo, la fiscal cuestionó la veracidad de este dato al recordar que Francisco Javier no aludió a este hipotético acompañante cuando fue detenido en marzo de 2013.

De este asunto también había testificado unos instantes antes por videoconferencia la esposa de Francisco Javier. Ella fue quien habló de Rafael a la Guardia Civil meses después de la detención de su marido. «Cuando fui a verlo a la cárcel me dijo que había una tercera persona y que era el vecino. Yo lo dije porque quiero que se haga justicia», dijo la mujer. Uno de los abogados que participan en el proceso explicó que ese supuesto acompañante no ha podido ser investigado. En un primer momento, porque nadie habló de él y luego, porque no ha podido ser localizado.

Finalmente, en la vista de ayer declaró por videoconferencia la joven que hablaba por teléfono con Verónica justo antes de que la mataran. Antes de que esa comunicación se interrumpiera de forma brusca, Verónica le contó que estaba asustada porque Salvador y otro hombre al que no conocía habían entrado en la oficina de su tío.

De aquella conversación se deduce que fueron dos los asaltantes, pero Verónica no identificó al acompañante antes de morir. El juicio continuará hoy.

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