MIGUEL VERÍSSIMO
Viernes, 13 de mayo 2016, 07:12
Los cauces del Rivillas y el Calamón se han transformado en un bosque. Espesos, repletos de maleza, llenos de arbustos y en los que han crecido hasta árboles.
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La vegetación es especialmente densa en el paso de los arroyos por los paseos de San Roque y la carretera de Sevilla. Hace unos días, en algunos tramos el agua corría con dificultad por culpa de la maleza y el paisaje se completaba con latas de cerveza, tetrabriks o paraguas rotos que sus dueños habían decidido arrojar desde las barandas. Con las lluvias caídas en los últimos días, el agua vuelve a correr, pero la densa vegetación persiste.
Por estos paseos transitan habitualmente numerosos pacenses. Algunos como Luis Braulio Pérez y Paco Suárez tienen esta zona entre su recorrido habitual cuando practican senderismo. Ambos denuncian que el agua y las basuras están empezando a generar malos olores que les obligan a arrugar la nariz durante sus paseos. «Es una pena, huele fatal. Esto es una dejadez. Había que meter una máquina para desbrozar», explica Pérez. «Cuando esto se seca en verano, aquí hay zonas que huelen una barbaridad», subraya Suárez.
A la maleza que ha crecido en el cauce de los arroyos se han sumado incluso algunos pinos. Bajo el puente de San Roque hay un arbusto que llega casi a la altura de la infraestructura que comunica la avenida Ricardo Carapeto con el Parque de la Legión. A la fotografía se añaden las especies animales que conviven entre vegetación y basura. El arroyo está habitado por algunas ranas y hasta pueden verse cigüeñas que bajan hasta esta parte del parque. Además, hay especies, como patos, que se encuentran en proceso de cría.
Malos olores
Para Luis Jorge Caldera, esta es la razón por la que la Confederación Hidrográfica del Guadiana no ha desbrozado la zona. «Yo creo que ahora no lo limpian por la cría de los pájaros y de los patos. Pero luego, cuando pase la época, hay que limpiarlo», asegura. Este paseante también redunda en el mal olor que desprenden las aguas cuando suben las temperaturas.
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Desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana niegan que la cría de animales sea la causa por la cual aún no se han realizado tareas de limpieza en el cauce de los arroyos. Aseguran que se encuentran en negociaciones con el Ayuntamiento para decidir la fecha y modo en el que se llevarán a cabo estos trabajos, una situación que confirman desde el Consistorio pacense.
El cauce de los arroyos pertenece a la Confederación, mientras que la zona verde es de titularidad municipal. El parque del Rivillas y el Calamón, que fue recepcionado por el Ayuntamiento en el año 2010, también está sufriendo las consecuencias del compartimiento incívico de algunos pacenses. Las zonas de césped están repletas de excrementos de perros que no han sido recogidos debidamente por sus dueños.
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