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Unos 60.000 pacenses tienen que coger el coche o enfrentarse a una buena caminata para conseguir efectivo. Son casi un 40% del patrón municipal ... los que no cuenta con cajero automático en su barrio. El cierre de entidades bancarias los últimos años ha provocado esta situación que afecta, especialmente, a las personas mayores.
«Cada vez que necesitamos algo, tenemos que coger el coche o pasar andando a la barriada de San Fernando. Es una molestia muy grande y yo al menos me valgo, pero hay mucha gente mayor que no tiene recursos y deben mandar a alguien en su lugar», se lamenta Juan Vega, un vecino de 65 años de Las 800. La única entidad de Padre Tacoronte cerró hace años. Daba servicio a su barrio y también al Gurugú, Los Colorines y El Progreso, en total 7.000 vecinos que se han quedado sin este servicio.
No han sido los únicos. Además de los barrios de Padre Tacoronte, han perdido sus cajeros Antonio Domínguez, La Paz, Suerte de Saavedra o Las Vaguadas. A esto se suman barrios que nunca han contado con uno como el Cerro de Reyes, el Cerro Gordo o La Pilara.
Las Vaguadas ha sido el último barrio pacense en sumarse a la lista de los que deben coger el coche irremediablemente si necesitan dinero en efectivo. Esta urbanización contaba con una entidad bancaria en su zona comercial, pero cerró hace años.
TOMÁS BARRIENTOS
Tiene un negocio en Las Vaguadas
Para cubrir las necesidades de los vecinos, se instaló un cajero sin oficina dentro del centro comercial. Era una solución a medias, ya que estaba a cubierto en una zona que solo abría unas horas. Ahora, sin embargo, la situación es peor porque el martes pasado retiraron el cajero.
Los vecinos han preguntado si instalarán uno nuevo, pero les han indicado que no, que se quedan sin este servicio en el barrio. Este problema afecta a los 5.500 vecinos de Las Vaguadas y 800 más en la Dehesilla de Calamón. Deben desplazarse tres kilómetros.
Tomás Barrientos es el propietario del autoservicio Las Vaguadas, en este barrio, y también es vecino de la Dehesilla. Su negocio está junto al local donde había una entidad bancaria y es testigo a diario de las dificultades de sus clientes para tener efectivo. «Nos apañamos yendo a Badajoz, cuando se puede. Si no tenemos tiempo, no podemos ir. Aquí haría falta un cajero. Los clientes a veces no tienen efectivo y se tienen que ir a la ciudad», añade.
SOLEDAD GONZÁLEZ
Vecina de Suerte de Saavedra
También tienen que moverse un buen trecho los residentes de Suerte de Saavedra, la carretera de Sevilla y el Cerro San Miguel cuando necesitan dinero. En total son casi 7.000. «Aquí vivimos mucha gente y no hay nada», dice Soledad González, de 28 años. Ella no recuerda el cajero que había antes en la avenida Felipe Trigo. «De eso hace mucho, ahora tengo que ir a la avenida de Europa o a San Roque, a lo último de San Roque. En coche claro, y si no tengo coche, andando, porque por aquí cerca es complicado. Nos vendría bien tener un cajero, el que sea, porque ahora tenemos que desplazarnos muy lejos».
Hay barrios de Badajoz que nunca han contado con cajero. Algunos nuevos, como el Cerro Gordo o La Pilara, y otros de toda la vida, como el Cerro de Reyes. «Yo llevo aquí 27 años y nunca hemos tenido. Hay que irse hasta el Carrefour o hasta San Roque, cada uno suele ir donde tenga su banco», se lamenta Adelino Lozano Gil, de 62 años y vecinos del Cerro de Reyes.
«El que tenga coche, va en coche. El que no, tiene que ir andando. Nos vendría muy bien que pongan un cajero, por favor. Hay muchas cosas que ya se pagan con tarjeta, pero otras que no. El pan no lo vas a pagar con tarjeta», concluye Lozano Gil.
Los vecinos del Cerro Gordo, 5.900 según el último padrón municipal, han llegado a manifestarse y escribir a las entidades bancarias para pedir un cajero, ya que deben desplazarse 6 kilómetros. «Pero seguimos igual», se queja el presidente de su agrupación vecinal, Antonio Osorio. Este barrio ha pedido que en la capital pacense se aplique un programa similar al que de la Diputación que subvenciona la instalación de cajeros en los pueblos pequeños.
En el lado contrario hay un barrio que ha logrado salvarse. Se trata de Llera. Jesús Luengo, presidente de la asociación de vecinos, detalla que antes contaban con tres oficinas bancarias y ahora solo con un cajero sin entidad «pero al menos les soluciona lo básico a los vecinos».
También hay un solo cajero, aunque con oficina, en la avenida de Elvas, donde antes había varias entidades financieras. Es el que tienen como referencia los residentes de Las Moreras, la Urbanización Guadiana, Jardines del Guadiana o el Cuartón Cortijo. 8.000 vecinos y un solo cajero en una zona que sigue creciendo.
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