Las dos guerras mundiales, la guerra civil y dos pandemias (gripe de 1918 y covid-19). Es el balance de la vida de Ángela Rodríguez ... García, que este lunesr sopló 105 velas en su domicilio de Badajoz.
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Lo hizo rodeado de su familia. Tiene dos hijos, cuatro nietos y seis bisnietos.
Ángela sigue levantándose cada mañana, poniéndose sus cremas, extendiéndose el colorete en las mejillas, colocándose sus collares y poniéndose elegante por «si llega alguna visita». Igual que cuando de soltera iba a trabajar como dependienta a las Tres Campanas.
A su nieta Beatriz Rubio le ha rememorado muchas veces la «vergüenza» que le daba que la miraran por la calle. Asegura que lo hacían porque vestía el uniforme de la tienda y en Badajoz no estaban entonces acostumbrados a ver mujeres desarrollar un puesto de trabajo. Su hijo mayor, Modesto, ha cumplido este año 82, así que Ángela trabajó antes de la guerra porque dejó su empleo al casarse.
Lectora de HOY a diario, a su familia le ha narrado muchas veces que ella estaba sentada con una amiga en Castelar comiendo pipas cuando oyeron los primeros disparos de la guerra civil en la ciudad. Salieron pitando y se resguardaron en el cuartel, dado que su padre era militar. Otra anécdota que no olvida narra un paseo con dos amigas por la ciudad, cuando un hombre les dijo «qué guapas las tres y qué elegante la de en medio», cuenta su hija. Ella iba entre las otras dos y aún le acompañan esas palabras.
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Con su marido, Nicomedes Salguero, vivió en los destinos donde los llevó su puesto como guardia civil. Entre ellos Barcelona, donde nació su hija Ángela y desde donde salieron poco después para volver a Badajoz e instalarse definitivamente. Aquí encontró él un puesto en la Diputación, donde se jubiló su marido. Nicomedes le acompañó hasta su muerte, hace dos décadas.
Desde entonces, Ángela está arropada por sus hijos, sus nietos y por señoras que la ayudan en el día a día. «Tiene la cabeza perfecta», dice su nieta. Aunque la pandemia la recluyó en casa y ahora le cuesta salir. Depende para qué, señala Beatriz, porque al hilo de la fiesta de ayer ha estado en la peluquería de su calle.
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A pesar de ello, a sus nietos les dice que no quiere fiestas. Pero, aun así, este lunes por la tarde se reunieron los que están en Badajoz para celebrarle por todo lo alto sus 105 años de experiencia.
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