
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Nació en Asia tropical, pero ha enfermado a las palmeras de la ciudad. El picudo rojo sigue vivo y el Ayuntamiento está decidido a acabar con este insecto. Por eso está desarrollando tres tipos de tratamientos. La lucha se desarrolla por tierra, mar y aire. Todas las palmeras datileras y canarias municipales están en tratamiento. Estos son los tres tipos.
El primer método al que recurrió consiste en duchar la parte superior de la palmera, la corona, con productos fitosanitarios. El objetivo es empapar las palmas y que estas absorban la sustancia. Así, la larva se envenena al comer del ejemplar y muere.
El segundo consiste en un hongo. Los operarios de Medio Ambiente impregnan de ese hongo unos vagos de arroz y rocían con estos el árbol completo. Así, cuando el picudo llega y entra en contacto con el vago, se le adhiere el hongo a su cuerpo, lo contamina y lo mata. El concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, considera positivo de este método que el picudo contaminado puede volar y, de esta manera, llevar ese hongo a otra palmera. Por lo que su efectividad es muy alta.
El tercer método consiste en introducir en la palmera los productos. Hace varias semanas, los operarios inyectaron un nuevo líquido a las palmeras de San Atón. Ayer introdujeron otro a 20 ejemplares del Paseo de San Francisco y que también están probando en las 200 palmeras de la Alcazaba.
Estos productos se introducen o bien con una pistola o a través de unas cánulas enganchadas a unas bolsitas que se dejan pinchadas en los troncos. Así, el líquido llega a la savia y circula por toda la palmera, el picudo lo ingiere y muere. La efectividad del nuevo producto se ve en un periodo de entre 4 y 5 meses, por lo que el Ayuntamiento quiere esperar a ver los resultados.
Las primeras cuatro palmeras afectadas se detectaron en 2014. Un año después el número creció a 13, al año siguiente notaron otras 13 y en 2017 había un total de 41. El Ayuntamiento ha eliminado 23 palmeras y ha recuperado 48, según los últimos datos.
La respuesta del Ayuntamiento de Badajoz al problema ha ido evolucionando con el tiempo hasta llegar a estos tres tratamientos distintos. En 2014 fueron eliminadas las cuatro plantas en las que se detectó. En 2015 hubo 13 palmeras afectadas y 10 de ellas fueron recuperadas en la avenida Ramón y Cajal, en el paseo de San Francisco, en los Jardines de la Alcazaba y en la Ronda Norte.
Un año después, en 2016, siguieron usando un insecticida y añadieron otro tratamiento. Además, el Ayuntamiento colocó las primeras trampas para el insecto y aplicó una cirugía (eliminación de las hojas y saneamiento del cogollo) para tratar de salvarlas.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo, el picudo siguió ganando terreno y durante el año pasado ya fueron contabilizadas 41 palmeras, 11 de las cuales tuvieron que ser eliminadas porque los tratamientos aplicados no resultaron efectivos. De ahí que Medio Ambiente siga probando tratamientos y métodos.
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