Los cinco acusados por el tiroteo de Las 800 que costó la vida a un joven niegan su participación

La Audiencia Provincial de Badajoz ha acogido este miércoles la primera sesión del juicio que sienta en el banquillo a cinco hombres que están acusados de participar en el tiroteo que le costó la vida a un joven de nacionalidad marroquí a finales de 2017.

De los cinco procesados, hay dos que van a juicio por disparar contra una vivienda de la barriada de Las 800, mientras que los otros tres están acusados de haber repelido ese ataque disparando contra los asaltantes, una refriega en la que terminó muriendo un joven holandés de origen marroquí residente en Benalmádena (Málaga).

En la primera mañana de juicio han declarado los cinco investigados y todos ellos han asegurado ante el tribunal que sólo se conocen entre ellos de vista y que en ningún momento participaron en el tiroteo.

Samuel F. L. ha dicho que la noche en la que se produjo esa muerte él se encontraba en casa cuando entraron a la carrera su novia, una tía suya y otra mujer que eran perseguidas por varios encapuchados.

«Yo me quedé detrás de la puerta y mi madre se quedó bloqueada en medio del salón. Me la tuve que llevar dentro», ha explicado poco antes de negar que él realizase disparos desde el interior para protegerse.

El fiscal le ha preguntado por qué los investigadores aseguran que se hicieron también disparos desde dentro hacia afuera, pero él ha negado que ocurriese de ese modo.

Tras el tiroteo, Samuel F. L. fue visto por dos veces en la zona donde fue localizado el cadáver del joven marroquí que perdió la vida. Lo han confirmado los dos agentes de la Policía Local que llegaron al lugar de los hechos. La primera vez vestía un pluma y la segunda, unos 20 minuto después, una ropa menos abrigada.

Otros dos agentes municipales que llegaron al lugar en el que se produjeron los disparos vieron a un joven que entró en una casa portando un objeto largo oculto por un trapo. Creen que podía ser una escopeta, pero no pudieron saberlo con certeza porque había poca luz y después no se localizó el arma, que pudo ser sacada de la vivienda por un patio trasero.

En la sesión de hoy también han negado su participación en ese suceso Juan José. O. F. y Francisco Javier F. M. El primero vive en una casa de la calle Castaño situada muy cerca del domicilio de Samuel. En su caso, el fiscal le ha preguntado si la noche de los disparos subió a su azotea para disparar desde allí a los encapuchados que tiroteaban la casa de Samuel. Pero Francisco Javier asegura que ese día estaba en casa junto a su hija, viendo la tele, por lo que pensó que el ruido que había en la calle se debía al lanzamiento de algunos cohetes.

Sobre los impactos de bala que aparecieron en la pared de su casa, este procesado ha manifestado que aquella noche nadie disparó contra la vivienda.

También ha rechazado la acusación Juan José O. F., propietario de una casa que también se encuentra en la calle Castaño. En esa vivienda fueron localizados focos, filtros y materiales que se suelen utilizarse en el cultivo de marihuana.

La Fiscalía cree que Juan José, que es hermanastro de Samuel, también disparó contra los encapuchados desde la azotea de esta casa, pero él lo ha negado diciendo que esa noche la pasó junto a su novia en un domicilio situado en otra zona de la barriada.

También han declarado los otros dos acusados, a quienes se relaciona con el grupo de encapuchados que disparó contra la vivienda de Samuel.

La Fiscalía cree que ese grupo se desplazo a la zona por encargo de Manuel R. B., quien conocía Nadir, el joven de origen marroquí que murió tras recibir un disparo en la cabeza. Poco antes se había producido un tiroteo frente a la vivienda de Manuel y se piensa que el tiroteo posterior podría tener relación.

Uno de los investigadores de la Policía Nacional ha dicho que la viuda del marroquí dijo a la policía que el mismo día en el que ocurrieron los hechos lo había telefoneado Manuel R. B. desde Badajoz para pedirle ayuda porque querían robar en su casa.

Manuel ha reconocido que era amigo de Nadir y que ese día se reunió con él en la provincia de Sevilla, Pero ha asegurado que fue el joven marroquí quien lo telefoneo a él para decirle que iba camino de Extremadura para soluciona una cuestión.

Por tanto, ha rechazado haberlo llamado, al tiempo que ha negado que su sobrino Cristian se reuniera también con Nadir en el límite de la provincia de Badajoz pocas horas antes del tiroteo.

Manuel ha dejado claro que él no encargó ninguna acción de represalia y asegura que si esa tarde volvieron a verlo junto a Nadir en la puerta de su casa fue porque pasó por allí casualmente.

El último en declarar ha sido Cristian A. C., que ha negado conocer al joven que perdió la vida en el tiroteo, una afirmación que ha tratado de desmontar el fiscal recordando que ambos realizaron juntos un viaje en ferri a Tánger, un desplazamiento que está acreditado porque un policía nacional visó los pasaportes de ambos en el puerto.

Sobre esta circunstancia, Cristian ha dicho que él jamás realizó ese viaje junto a Nadir, mientras que su tío ha aclarado que en realidad fue él (Manuel) quien iba a hacer ese viaje pero que no llegó a subir al barco porque utilizó por error el pasaporte de su sobrino.

Manuel ha explicado que ese día sí pasó el control policial junto al joven marroquí tras entregar el pasaporte de Cristian, pero que fue después cuando se percató de la equivocación y se dio la vuelta, una versión de la que no tiene constancia el policía que controlaba aquel acceso.

Tras la vista de este miércoles, el juicio continuará este jueves con la declaración de los principales testigos de los hechos.